Corrupción sin escrúpulos

Pablo Felipe Robledo.

Por: Pablo Felipe Robledo

Cada que uno levanta una piedra sale a luz pública un escándalo de corrupción en el gobierno de Gustavo Petro. Pasamos de ser un país en el que la corrupción es triste protagonista del acontecer nacional a un país en el que ya no hay, ni siquiera, escrúpulos. La desfachatez y la normalización de la corrupción nos están carcomiendo.

Semana tras semana hay, al menos, un escándalo de corrupción. Y cada vez parecería ser peor. Sin embargo, lo que más aterra, es que la corrupción la encarnan y protagonizan, por regla general, los más íntimos al presidente Petro. Sus familiares y más cercanos colaboradores y amigos constituyen un verdadero cartel, como mínimo, de inescrupulosos. No se ponen ni colorados y han aprendido que un escándalo se tapa con otro.

Miremos los protagonistas de la novela de la corrupción y la falta de escrúpulos. Nicolás Petro (su hijo, a quien no crio, pero sí lo hizo político a su imagen, sombra y semejanza), Juan Fernando Petro (su hermano, a quien le encargó el éxito electoral delincuencial llamado el Pacto de la Picota), Verónica Alcocer (su esposa, a quien le delegó gran parte de la burocracia al inicio del gobierno hasta que Miss Panamá la exilió), Nicolás Alcocer (el otro Nicolás, a quien sí crio como hijastro y al parecer sí le aprendió mucho), Jonathan Alexander Delgado -alias Bimba- (el hijastro de su hermano Juan Fernando, a quien su padrastro no crio), su cuñada Leydi Yider Laverde (madre de alias Bimba y exesposa negada de Juan Fernando Petro), Armando Benedetti (camaleón y roedor político, conocido de autos en casi todos los juzgados del país y al parecer «urólogo» del presidente quien a grito herido dice y demuestra que tiene en sus manos las partes «nobles» del presidente), Laura Sarabia (la antes desconocida asesora de Benedetti y ahora revelación del gobierno dueña de su propio cartel familiar de inescrupulosos), Olmedo López (compañero político de Petro a quien presentó en las listas de Congreso como el símbolo de lucha contra la corrupción), Luis Fernando Velasco (a quien sin duda no crio políticamente, pero sí lo vio crecer a su lado como compañero de pupitre en el Congreso), Ricardo Bonilla (a quien Petro siempre ha tenido a su lado en la burocracia estatal y que como ministro de Hacienda lideró varios escándalos de compra de congresistas a cambio de votos sobre proyectos), son, entre otros y dentro de una infinita lista, los protagonistas de primer nivel de esta novela llena de corrupción, falta de escrúpulos, y mucho suspenso.