Entre el 1 y el 13 de marzo de 2025, se registran 33 homicidios, pero el temor a denunciar sigue siendo un obstáculo para frenar la violencia en Barranquilla y el Atlántico.
Por: Redacción.
DIARIO LA LIBERTAD.
El Departamento del Atlántico enfrenta una crisis de violencia que no solo se refleja en las altas cifras de homicidios, sino también en la creciente desconfianza de la población hacia las autoridades judiciales. Entre el 1 y el 13 de marzo de 2025, se reportaron 33 muertes violentas, de las cuales 7 fueron de jóvenes entre los 14 y 21 años. Sin embargo, uno de los datos más alarmantes es la baja en las denuncias, una tendencia que responde al miedo y la desconfianza de los ciudadanos ante la posibilidad de represalias o extorsiones por parte de los propios funcionarios judiciales, sin dejar de lado la intimidación de los grupos delincuenciales que azotan a la región.

Barranquilla y Soledad lideran las estadísticas de violencia, con 18 homicidios en la primera y 9 en la segunda, lo que hace aún más difícil el panorama de seguridad en la región. Aunque las autoridades locales insisten en que las víctimas de estos crímenes tienen antecedentes penales, lo que se ve como un alivio para algunos, otros consideran que esta actitud es ética y moralmente cuestionable. En una sociedad que se autodenomina católica o cristiana, resulta incomprensible celebrar la muerte de cualquier ser humano, sin importar su historial criminal.
“Claro, bajaron las denuncias, gracias a que la población le tiene miedo a denunciar. Ahora hasta los funcionarios judiciales extorsionan”, se escucha entre la ciudadanía del Atlántico, quienes han tenido experiencias frustrantes al intentar hacer justicia.
El sistema judicial se ha convertido en un laberinto burocrático y en un espacio donde el temor a represalias impide a los ciudadanos obtener la protección que necesitan. En muchos casos, quienes intentan presentar una denuncia enfrentan obstáculos que van desde la falta de atención hasta el trato inadecuado por parte de las autoridades, creando un círculo de impunidad que solo alimenta la violencia.
Además, las cifras de homicidios en Barranquilla no dejan de crecer. En lo que va del año, ya se han registrado 104 homicidios, frente a los 97 del mismo período en 2024. Aunque en febrero hubo una ligera disminución, los datos de enero y marzo son preocupantes y reflejan el aumento de la violencia en la región. La siguiente tabla compara los homicidios registrados en los primeros meses de 2024 y 2025:
Meses | 2024 | 2025 |
---|---|---|
Enero | 45 | 59 |
Febrero | 32 | 27 |
Marzo (hasta el 12) | 20 | 18 |
Total | 97 | 104 |
La desconfianza generalizada hacia las autoridades y la creciente incertidumbre sobre la eficacia de las medidas de seguridad generan un ambiente donde la violencia sigue cobrando vidas sin que se logren avances significativos en la resolución de los crímenes. Mientras tanto, los ciudadanos, temerosos y desmotivados, no denuncian, lo que perpetúa un ciclo de impunidad y miedo.
¿Hasta cuándo las autoridades seguirán ignorando el miedo palpable de una comunidad que vive aterrada?
¿Dónde está el compromiso de los gobernantes para proteger a los ciudadanos del Atlántico y Barranquilla?
Y.A.