Canciller Laura Sarabia defiende ante la ONU un enfoque alternativo en la lucha contra el narcotráfico.
En un discurso ante la Comisión de Estupefacientes de la ONU, la canciller colombiana Laura Sarabia presentó una propuesta que podría cambiar el enfoque global sobre la lucha antidrogas. Desde Viena, Austria, Sarabia solicitó la exclusión de la hoja de coca de la lista de sustancias más peligrosas, argumentando que su prohibición ha beneficiado más al narcotráfico que a los productores rurales.
«Solo podremos arrebatársela a los narcotraficantes si aprovechamos su potencial», afirmó Sarabia, señalando que la hoja de coca tiene aplicaciones industriales útiles, como la producción de fertilizantes y bebidas. Sin embargo, la canciller enfatizó que esto no implica la legalización de la cocaína ni una rendición ante el tráfico de drogas.
Un cambio en la política antidrogas
El Gobierno de Gustavo Petro ha defendido la necesidad de un enfoque menos punitivo y más basado en alternativas económicas para las comunidades rurales. La propuesta presentada por Sarabia ante la ONU tiene dos ejes principales: excluir la hoja de coca de la lista de sustancias dañinas y fomentar cultivos alternativos como el cacao y el café en regiones afectadas por la violencia, como Catatumbo y el Cañón del Micay.
Según la canciller, el modelo actual ha fracasado en la reducción del consumo, la producción y el tráfico de drogas, por lo que se necesita un cambio estructural para evitar la criminalización de los campesinos y debilitar a las estructuras criminales.
La ciencia como respaldo a la propuesta
Uno de los pilares de la iniciativa colombiana es el respaldo de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que actualmente estudia los efectos de la hoja de coca. Sarabia indicó que los resultados de esta investigación, esperados en octubre, serán clave para la decisión de la ONU, ya que podrían demostrar que la planta no es perjudicial para la salud y tiene usos industriales viables.
Retos en la comunidad internacional
La propuesta ha generado apoyos, pero también resistencia en algunos sectores internacionales. Durante la versión 68 de la Asamblea de la Comisión de Estupefacientes de la ONU, Sarabia insistió en que la reforma del régimen global de drogas no significa la normalización del narcotráfico, sino la adopción de herramientas más eficaces para combatirlo.
Finalmente, la canciller hizo un llamado a la comunidad internacional para construir un modelo más humano y efectivo en la lucha contra el narcotráfico, destacando que la actual estrategia ha perpetuado la violencia, la pobreza y la destrucción ambiental, especialmente en la Amazonía.
Y.A.