La fotografía tomada en 1957 de Guadalupe Soqui López aprendiendo corte y confección mientras cuida a su hijo es un símbolo de lucha y perseverancia.
En el año 1957, una imagen quedó plasmada en la historia como testimonio de sacrificio, amor y superación. En ella, la maestra de corte y confección, María Dolores Méndez, guía con paciencia a Guadalupe Soqui López, una humilde mujer indígena que, mientras aprende a manejar una máquina de coser Singer, alimenta a su pequeño hijo. Esta escena refleja la incansable lucha de las mujeres por un futuro mejor y la solidaridad de quienes, como María Dolores, dedicaron su conocimiento para empoderarlas.
La fotografía no solo es una muestra del esfuerzo individual, sino que representa los desafíos del México rural de mediados del siglo XX. En una época donde las oportunidades eran escasas, muchas mujeres encontraron en la educación y el aprendizaje artesanal una herramienta para salir adelante.
El valor de la maternidad y la dedicación de las madres mexicanas han sido reconocidos desde hace casi un siglo. En 1922, por iniciativa del entonces Secretario de Educación Pública, José Vasconcelos, y del periodista Rafael Alducín, fundador del diario Excélsior, se instauró el 10 de mayo como el Día de las Madres en México. Alducín hizo una invitación abierta a la sociedad para elegir una fecha en la que se celebrara a las madres, y desde entonces, cada año se honra su esfuerzo y amor incondicional.
Un ejemplo de este reconocimiento es el Monumento a la Madre, ubicado en el Parque Borunda de Ciudad Juárez. Esta obra, impulsada por el locutor de radio Arturo Luján y financiada con donativos de la población, fue esculpida en 1958 por Nicolás Gómez Delgadillo utilizando 20 toneladas de cantera rosa extraídas de los cerros de Chihuahua.
La imagen de Guadalupe Soqui López es una postal de sacrificio, esperanza y dignidad, que sigue recordándonos la importancia de valorar el esfuerzo de cada madre en la construcción de un mejor porvenir.
Y.A.
