
Las mujeres colombianas enfrentan mayores obstáculos para pensionarse y reciben pensiones significativamente más bajas que los hombres, revelando la persistente brecha de género en el acceso a la seguridad social.
La desigualdad de género sigue siendo un obstáculo fundamental en Colombia para lograr una jubilación digna. Diversos estudios y datos demuestran que las mujeres enfrentan grandes dificultades para poder acceder a una pensión, y cuando logran hacerlo, el monto que reciben es, en promedio, un 28% menor al que perciben los hombres.
Según un informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), las mujeres colombianas tienen un 37% menos de probabilidades de poder acceder a una pensión en comparación con los hombres. Este dato resalta las profundas desigualdades que existen en el sistema de pensiones, que afectan de manera directa el bienestar económico de las mujeres al llegar a la vejez.
Además, un análisis realizado por la OCDE revela que solo un 12,1% de las mujeres en edad de jubilación recibe una pensión, frente al 22,5% de los hombres. Este dato refleja la baja tasa de cobertura pensional para las mujeres, lo que agrava la precariedad de muchas mujeres al llegar a la vejez.
Zonas rurales: un desafío aún mayor para las mujeres
La situación en las zonas rurales es aún más dramática. Allí, las oportunidades laborales formales para las mujeres son considerablemente menores, lo que restringe aún más su capacidad de cotizar y, por ende, de acceder a una pensión. La falta de infraestructura, servicios y educación en estas áreas también agrava la situación, limitando las posibilidades de las mujeres de ingresar al mercado laboral formal.
Brecha salarial: un factor crucial
Otro factor clave en la desigualdad de género en las pensiones es la brecha salarial. Las mujeres, en promedio, ganan menos que los hombres, lo que afecta directamente el monto de sus cotizaciones al sistema pensional. Esta diferencia salarial también impacta el valor final de la pensión que recibirán las mujeres al momento de su jubilación. La brecha salarial contribuye a que las mujeres acumulen menos recursos durante su vida laboral, lo que resulta en pensiones significativamente más bajas.
Edad de jubilación y trabajo no remunerado
La edad de jubilación también es un factor determinante en esta problemática. Mientras los hombres deben cotizar hasta los 62 años, las mujeres tienen una edad de jubilación establecida a los 57 años, lo que reduce significativamente sus años de aportes al sistema pensional. Además, muchas mujeres se ven afectadas por el trabajo no remunerado de cuidado, ya que, según datos del DANE, en 2024 las mujeres dedicaron cuatro veces más tiempo que los hombres a estas tareas. Este trabajo no remunerado limita su participación en el mercado laboral formal y, por ende, su capacidad de cotizar al sistema pensional.
Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), la tasa de participación laboral femenina en Colombia es del 51%, en comparación con el 75% de los hombres. Esta diferencia refleja la desigualdad de oportunidades que enfrentan las mujeres en el mercado laboral y, a su vez, agrava su situación en cuanto a pensiones.
El ahorro voluntario como solución parcial
Frente a este panorama, el ahorro voluntario se presenta como una posible solución para reducir la brecha pensional. Según estudios realizados por Protección, una mujer de 25 años que destine el 10% de su salario mensual a su ahorro voluntario podría aumentar su pensión en un 41%. Sin embargo, la cultura del ahorro sigue siendo baja en el país, y, según la Asobancaria, solo 4 de cada 10 ciudadanos destinan parte de sus ingresos al ahorro para la jubilación.
¿Qué se necesita para cerrar la brecha?
La solución a esta problemática requiere una reforma estructural del sistema pensional que contemple el fortalecimiento de la educación financiera, el cierre de la brecha salarial entre hombres y mujeres, y la implementación de políticas públicas que favorezcan una mayor equidad en el acceso al sistema pensional. Además, es fundamental promover el ahorro voluntario entre las mujeres y mejorar las condiciones laborales en las zonas rurales para que las mujeres tengan mayores oportunidades de cotizar al sistema.
En conclusión, la desigualdad de género en las pensiones es una realidad que afecta profundamente el bienestar económico de las mujeres colombianas en la vejez. Es necesario adoptar medidas urgentes para cerrar esta brecha y garantizar una jubilación digna para todas las mujeres en el país.
Y.A.