La gestión del viceministro de Agua Potable y Saneamiento Básico, Edward Libreros, ha despertado una serie de interrogantes entre los ciudadanos de Santa Marta, especialmente en relación con las tarifas del servicio de agua. La falta de aclaraciones claras sobre el manejo de los costos ha generado inquietudes sobre quién asumirá los posibles sobrecostos en el servicio, y cómo se manejará la disparidad en los precios en diferentes zonas de la ciudad.
Una de las preguntas más frecuentes en la capital del Magdalena es:
¿Quién asumirá el sobrecosto?.
La preocupación radica en la diferencia de tarifas entre zonas como El Rodadero, que goza de un servicio de agua de buena calidad, y Taganga, donde las tarifas parecen ser más altas y el servicio no siempre es tan eficiente. Esto ha llevado a especulaciones sobre si los usuarios de sectores más privilegiados terminarán pagando por el agua de las zonas con más dificultades, como ocurre con Taganga.
«Nos preocupa que estemos pagando más por un servicio que no siempre es constante«, señaló un residente de Taganga. «¿Será que los usuarios de El Rodadero pagarán menos por el agua de nuestra zona?«, se preguntó otro habitante, visiblemente preocupado por la situación.

Lo que más genera dudas entre los samarios es el silencio del viceministro Libreros en cuanto a este tema. Sin una declaración oficial sobre cómo se distribuirán los costos y quién asumirá la diferencia, los ciudadanos se sienten desinformados.
¿Será la Essmar, la empresa prestadora del servicio, quien asuma este incremento?
¿O será la Alcaldía de Santa Marta la que cubra los sobrecostos?
Los habitantes de sectores más alejados temen que los usuarios de zonas más céntricas terminen subsidiando el servicio de agua de otras áreas con menos acceso.
El descontento crece, y los samarios esperan respuestas claras que les permitan comprender mejor cómo se gestionarán los costos del agua en su ciudad.