“El Carnaval de Barranquilla es cultura, identidad y oportunidad”: Carlos Caicedo habla sobre el poder de las tradiciones

Por Jaime Guzmán

El Carnaval de Barranquilla no es solo una fiesta, es la manifestación de una identidad que late con fuerza en el corazón de Colombia. La cultura, el folclore y la música se entrelazan para darle vida a una de las celebraciones más emblemáticas del país y del mundo. Sobre su importancia y el impacto de las tradiciones en el desarrollo de las comunidades, conversamos con el candidato de Fuerza Ciudadana, Carlos Caicedo.

“La cultura mueve los pueblos”

Desde la emblemática Carrera 44, una de las zonas más populares del Carnaval, Caicedo destaca la esencia de esta festividad:

“El Carnaval de Barranquilla es una tradición conectada con su pueblo. Aquí se expresan nuestras raíces a través de los disfraces, las comparsas, la música y la danza. Es una manifestación cultural que no solo nos representa, sino que nos proyecta al mundo”.

El impacto del Carnaval va más allá del espectáculo: es una fuente de empleo, turismo e inversión. Caicedo enfatiza que cada expresión cultural del país tiene el potencial de fortalecer la economía local y generar oportunidades.

Más allá del Carnaval: una Colombia de festivales

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El líder político resalta la importancia de otras festividades que, como el Carnaval de Barranquilla, forman parte del ADN colombiano.

Así como el Carnaval es un patrimonio, tenemos otros grandes eventos como el Festival Vallenato, el Festival de Música del Joropo en el Meta, el Festival de Tambores en Palenque y la Fiesta del 20 de Enero en Sincelejo. Cada uno es una ventana a nuestra identidad y, si logramos potenciarlos, podemos hacer de la cultura un motor de desarrollo sostenible”.

La cultura como herramienta de transformación

Caicedo también propone fortalecer la inversión en cultura desde el Congreso y el Ejecutivo, comparando la proyección cultural de Colombia con la de otros países.

México, por ejemplo, ha hecho de su gastronomía, su música y sus tradiciones un sello mundial. Nosotros tenemos el potencial para hacer lo mismo con nuestra diversidad cultural”.

Para cerrar, nos deja una reflexión contundente:

“Si la paz no se consigue con la cabeza del sistema, hay que buscar medios artísticos de inconformidad para hacer la diferencia, no la guerra. La paz se construye desde la cultura y la convivencia”.

El Carnaval de Barranquilla sigue siendo un símbolo de alegría y resistencia. Un evento donde cada danza, cada tambor y cada disfraz cuentan la historia de un pueblo que, a través de su cultura, sigue conquistando el mundo.