El bordillo de Caicedo a diferencia del de Shakira, ‘no se cobra, se aprende y se goza’

¡Ay, pero qué jolgorio el que se vivió en el Bordillo de Caicedo! A diferencia del de Shakira, este no se cobra, ¡se aprende y se goza! Y es que el Carnaval de Barranquilla, ese al que nadie puede resistirse, tiene la magia de convertir todo en pura fiesta, sin importar el lugar ni la cara conocida que te encuentres.

655d96b0 a835 40b8 b999 65c7063452cc 1

El líder de Fuerza Ciudadana, Carlos Caicedo, se contagió de la alegría carnestoléndica al lado de la gente, haciendo el tradicional recorrido por la Batalla de Flores del Recuerdo, en la famosa carrera 44.

Allí, entre comparsas de cumbiambas, carrozas llenas de colores vibrantes y sonrisas por doquier, Caicedo recordó que este carnaval es mucho más que música y baile: ¡es un grito de identidad y unidad nacional!

«Desde la comparsa de cumbiambas hasta las carrozas, cada detalle es una explosión de historia, tradición y el alma del Caribe colombiano», dijo Caicedo, mientras compartía el bullicio con el perdiosta Fabio Ortiz, uno de los grandes hacedores de la fiesta barranquillera. ¡Eso sí que fue gozadera pura!

cc8703b9 fb04 4830 9fe1 a68927ac36ed

Apesar de que Caicedo pisó una resecada y cuarteada hoja caída del frondoso árbol de almendro, el mismo que resguarda desinteresadamente del inclemente sol a todo transeunte, seguramente y a diferencia del muro de Shakira, será meritoria de una placa honorífica, amén de ser blanco de la inseguridad que reina desde hace algún tiempo en la ciudad y se pierda tras haberse retratado el líder de Fuerza Ciudadanas. Pueda ser que la hoja termine por aparecer al día siguiente, solo que tasada sustancialmente en la bolsa de valores, dejando fuera de competencia toda hoja repisada.

El Carnaval, esa gran fiesta de la diversidad cultural, nos recuerda que nuestra fuerza radica en la capacidad de unirnos, disfrutar y celebrar nuestras raíces con el alma bien arriba. Y este año, más que nunca, Barranquilla dejó claro que, aquí, el que se resiste a bailar… ¡se pierde la fiesta!

¡Que viva el Carnaval, que viva Colombia!