El Festival Internacional de la Canción de Viña del Mar vivió una de sus noches más vibrantes con el regreso de Carlos Vives, quien, tras siete años de ausencia, volvió a conquistar al exigente público de la Quinta Vergara. En la cuarta noche del festival, el artista colombiano ofreció un espectáculo inolvidable, repleto de ritmo, alegría y los grandes éxitos que han marcado su carrera.
Desde el primer acorde, Vives logró encender a los miles de asistentes con un repertorio que incluyó himnos como ‘La bicicleta’, ‘Volví a nacer’, ‘Pa’ Mayte’ y ‘La gota fría’. Su inconfundible estilo, carisma y energía lo hicieron conectar de inmediato con el público, que no dudó en ovacionarlo y corear cada canción.
El cariño de la audiencia se tradujo en el máximo reconocimiento del festival: las codiciadas Gaviotas de Plata y de Oro, premios que el samario recibió con evidente emoción y gratitud. “Regresar a Viña del Mar siempre es un honor, y sentir este cariño es algo indescriptible”, expresó el artista.
Uno de los momentos más especiales fue la aparición en el escenario de Sebastián Yatra, su compatriota y gran amigo, con quien interpretó ‘Robarte un beso’, provocando la euforia del público. Pero la emoción no quedó ahí. En un gesto inesperado, el ex capitán de la selección chilena, Claudio Bravo, sorprendió a Vives al obsequiarle una de sus camisetas de fútbol, un detalle que el cantante recibió con alegría y gratitud.
Con esta, ya son cinco las veces que Carlos Vives ha dejado su huella en Viña del Mar. Su debut en el festival fue en 1996, seguido de sus presentaciones en 1998, 2014 y 2018. En cada edición, ha reafirmado su lugar como uno de los artistas latinoamericanos más queridos y respetados.
Aprovechando la histórica noche, el samario anunció la segunda etapa de su gira ‘El Rock de Mi Pueblo Vive’, que lo llevará a escenarios de Chile, Argentina, Perú y otros países.