[EDITORIAL] Control de precios a medicamentos

Así nos encontremos en medio de la fiesta más alegre de Colombia como lo es el Carnaval de Barranquilla, no podemos olvidar lo que está ocurriendo en el sector de la salud.
Si en Colombia hay un sector urgido de decisiones que impacten en beneficio de la ciudadanía, no cabe duda que es el de la salud, por eso cada vez que se tomen medidas para fortalecerlo, vale la pena respaldarlas y apoyarlas para que alcancen su verdadera dimensión.
Por ejemplo, la implementación de una política farmacéutica, que entre otros aspectos incluya el control de precios de una larga lista de medicamentos, sería una de esas estrategias que por sus resultados se defendería por sí sola, aunque no faltarán quienes traten de bajarle el perfil.
La determinación que pondría en cintura una larga lista de medicamentos, por los cuales el sistema de salud no pagara más de lo definido después de la aplicación de una fórmula técnica, alejada de intereses particulares, demuestra que sí es posible concertar medidas que alivien el bolsillo de todos los colombianos.
Esta iniciativa respecto a la política relacionada con el precio de los medicamentos –como ya lo habíamos expresado en este espacio editorial– se constituye en un anhelo de los colombianos desde muchos años atrás, por lo que existe gran expectativa, con relación a este tópico.
Consideramos que entre las medidas que deberían implementarse está la de ejercer un estricto control de los altos precios de una larga lista de medicamentos, lo cual se constituiría en una gran noticia para el pueblo colombiano.
No se puede desconocer que los colombianos y el sistema de salud pagan precios absurdos y hasta abusivos por fármacos que en algunos países vecinos, se consiguen con precios hasta por cinco veces menos.
Precisamente fueron estos reiterados abusos, los que llevaron a los últimos gobiernos a poner en riesgo su credibilidad, al dar una pelea no solo en los escenarios económicos sino en los políticos y los jurídicos, para crear una lista de control que fue creciendo de forma lenta pero con paso firme.
Hay que reconocer que la política farmacéutica en Colombia ya es un patrimonio nacional y la idea es mantenerla, una circunstancia que deberá presentarse con suma claridad en las esferas gubernamentales.
Si bien las farmacéuticas y algunas comercializadoras mostraron su disgusto en un comienzo, la mayoría han entrado en una senda de concertación que ha convertido este avance nacional en una referencia para el mundo.
Indiscutiblemente la sola medida representaría un ahorro de miles de millones de pesos, que sumados a los productos ya controlados proyectan unos ahorros millonarios, nada despreciables y que caerían muy bien a las finanzas del sector de la salud. 
Por supuesto, la ciudadanía espera que este control de precios de los medicamentos también incluya el canal comercial para productos de uso común que impactan el bolsillo de todos los colombianos; sin embargo, el hecho de saber que por los medicamentos de alto costo se pagarán precios razonables es una gran noticia.
Estas medidas que permitirán que todos estén favorecidos con medicamentos de última tecnología para todas las patologías y sin ningún tipo de restricción, son las que merecen y requiere el sector de la salud.
Con esta posible decisión gubernamental además se demostraría que seguramente existirán personas capaces de conducir la salud a buen puerto, para así consolidar una iniciativa que beneficiaría a un alto porcentaje de colombianos.