Chile vivió este martes una situación inédita, con un masivo corte del suministro eléctrico a partir de una «falla del sistema» que afectó al 99 % del país y a dos provincias argentinas
«Es una falla del sistema, no estamos siendo objeto de un ataque», ha enfatizado la ministra del Interior chilena, Carolina Tohá, mientras Santiago, la capital del país, se sumía en el caos de semáforos que no funcionaban, tráfico descontrolado y bloqueado y el desconcierto entre los transeúntes.
«Esta situación no se dio ni siquiera durante el terremoto de 2010, es algo nunca visto», destacaba la televisión chilena minutos después del masivo apagón. El metro dejó de funcionar en la capital, los trenes y estaciones fueron evacuados y el aeropuerto internacional Arturo Merino Benítez ha presentado dificultades en su operación.
«La situación en las próximas horas debería comenzar a normalizarse, pero hay que evitar los viajes innecesarios», ha añadido Tohá, que ha atribuido a «una desconexión en las líneas de transmisión» del norte del país el colapso eléctrico en la quinta economía de América Latina.
El corte de electricidad se extendió desde la desértica región de Arica, en el norte, hasta la región de Los Lagos, en el sur que mira a la Antártida: son 3.100 kilómetros de extensión a lo largo de un país estrecho, comprimido entre la inmensidad de los Andes y las profundidades del Pacífico.