[EDITORIAL]La inseguridad, problema metropolitano

La alta cifra de asesinatos ocurridos en los últimos días en Barranquilla y su área metropolitana –tales como el reciente homicidio del Fiscal 20 local de Barranquilla Norbey Ruiz Correa– mediante hechos que involucran armas de fuego, no pueden pasar inadvertidos para la comunidad, ni mucho menos para las autoridades. Porque esos actos criminales siguen ocurriendo repetidamente en las mismas comunidades y zonas urbanas donde se ha identificado la presencia de bandas al servicio de varios grupos ilegales. En Barranquilla ha sido incrementado el pie de fuerza, así mismo reforzado con elementos para la seguridad, como las cámaras instaladas en lugares estratégicos de la ciudad, pero parece que con eso no se hubiera logrado que desciendan los índices de delitos, como lo esperan las gentes de bien. No sobraría que se intensificaran y unificaran medidas como la prohibición de parrillero para motocicletas, se reduzcan los horarios para los sitios nocturnos, el férreo control al porte de armas, la instalación de cámaras de seguridad en toda la urbe y su área metropolitana, y se le ponga punto final al hecho que la mayoría de capturados por por hechos criminales siempre aparecen con varias anotaciones en el Spoa. Igualmente es urgente la acción de la justicia, para que actúe como debe ser en estos casos y no se promueva la impunidad, tan perniciosa como los mismos problemas que se padecen en temas de seguridad ciudadana. Los actos delincuenciales que vienen sucediendo desde hace varios meses, dejan claro que nos encontramos frente a una amenazante arremetida de la violencia, la cual se ha generalizado en todos los rincones de la capital del Atlántico, no queremos desconocer que en otras regiones no esté ocurriendo igual calamidad, pero en lo que concierne a nuestra ciudad, es más preocupante el crecimiento de la inseguridad, ya que se ha extendido a todo el perímetro urbano de Barranquilla y su área metropolitana. Está claro, que este fenómeno no es de ahora; los grupos criminales siguen actuando de la misma manera como lo han venido haciendo desde tiempo atrás, lo que sorprende es la pasividad de las autoridades competentes para actuar con igual intensidad.