POR: VALERY GOMEZ MONTERO
Según la perspectiva del doctor Reynaldo Mora Mora, la educación, como proceso formativo, ha de estar siempre en sintonía con las necesidades del contexto social, cultural y geográfico en el que se encuentra. En este sentido, el currículo debe ser concebido no solo como un conjunto de contenidos a transmitir, sino como una herramienta dinámica que permita a los estudiantes conectarse profundamente con su entorno y con las problemáticas sociales que los rodean. A lo largo de la historia, el currículo educativo ha sido uno de los elementos más cuestionados, buscando siempre una fórmula que permita adaptar los procesos educativos a los constantes cambios que sufre la sociedad. Este ensayo tiene como objetivo reflexionar sobre una concepción de Currículo Contextualizado y Pertinente (CCP), que se perfila como una estrategia educativa capaz de contribuir a la formación integral de los estudiantes, haciendo de la escuela un agente de cambio dentro de la comunidad.
El currículo no puede ser un conjunto rígido de contenidos que no respondan a las transformaciones históricas, sociales y culturales. En la actualidad, vivimos en un mundo de constantes cambios, donde los avances tecnológicos, los movimientos sociales y los desafíos políticos y económicos requieren de una educación que no se limite a enseñar lo que siempre se ha enseñado. Por el contrario, debe ser un espacio donde los contenidos se adapten a las realidades cambiantes, y donde los saberes sean permeables a las necesidades emergentes.
Es aquí donde la noción de currículo contextualizado juega un papel esencial. Un currículo que se adapta a las problemáticas sociales específicas de cada entorno es capaz de ofrecer una educación más pertinente y útil. Si bien existen conocimientos universales que deben ser abordados, es necesario que el currículo considere las necesidades sentidas de la comunidad local.
El currículo no solo debe estar diseñado para la transmisión de conocimientos, sino también para la formación de ciudadanos conscientes y comprometidos con su realidad social. Un currículo contextualizado no puede ignorar las problemáticas sociales que afectan a los estudiantes, ya que estas influyen en sus vidas y en su forma de ver el mundo. La educación, entonces, debe ser un medio para empoderar a los estudiantes, brindándoles las herramientas necesarias para identificar los problemas que aquejan a su comunidad y a su país, y motivándolos a actuar para encontrar soluciones.
Formar ciudadanos responsables no significa simplemente enseñarles a comportarse de acuerdo con las normas, sino fomentar en ellos una conciencia crítica de su entorno, preparándolos para ser agentes de cambio en su comunidad. Un currículo que responda a las problemáticas sociales debe incluir espacios para la reflexión y el análisis crítico sobre los problemas sociales, políticos y económicos, permitiendo a los estudiantes cuestionar la realidad y proponer alternativas para su transformación. Este texto hace parte del desarrollo y fortalecimiento de los procesos lectores y escritores en los estudiantes de licenciatura en ciencias sociales, en el Curso de Procesos Curriculares (I-2025).