22 años de la «casa bomba»: Neiva sigue honrando a las víctimas del atentado terrorista

El 14 de febrero de 2003, Neiva vivió una de las tragedias más impactantes de su historia: un atentado terrorista que cambió la ciudad para siempre.

La explosión de una vivienda en el barrio Villa Magdalena, llevada a cabo por la columna ‘Teófilo Forero’ de las FARC, tenía como objetivo asesinar al entonces presidente Álvaro Uribe Vélez. Sin embargo, la acción, que buscaba coincidir con el arribo del avión presidencial al aeropuerto Benito Salas, fue frustrada por las autoridades, pero la tragedia ya estaba en marcha.

El atentado, que utilizó cerca de 200 kilos de explosivos, dejó un saldo de 15 muertos (9 policías, una fiscal y 5 civiles) y más de 60 heridos.

En el acto conmemorativo realizado este 14 de febrero, familiares, amigos y autoridades de la ciudad rindieron homenaje a las víctimas con una ofrenda floral y un minuto de silencio.

El recuerdo de las víctimas sigue vivo, y las cicatrices del atentado continúan presentes en los corazones de los neivanos.

“Fue un día de terror. No sabíamos lo que estaba pasando hasta que empezaron a pasar las ambulancias”, comentó una ciudadana que vivió el horror de aquella mañana.

La comunidad, que aún guarda el dolor por la pérdida de sus seres queridos, continúa rindiendo tributo a las víctimas que quedaron atrapadas en la violencia.

El coronel Alexander Castillo Marín, comandante de la policía metropolitana de Neiva, recordó los 66 heridos y las 60 viviendas dañadas por la onda explosiva.

“Hoy conmemoramos 22 años de un hecho que marcó la ciudad. Queremos recordar a los valientes policías, a la fiscal y a los civiles que perdieron la vida ese día”, expresó.

El homenaje también rindió tributo a las vidas truncadas, como la de Kelly Narváez, una menor que, al regresar a su hogar por algo olvidado, se convirtió en una de las víctimas fatales del atentado.

A pesar de los años, el dolor persiste en la memoria colectiva. José Ferney Ducuara, secretario de gobierno municipal, enfatizó que lo que se busca es que “no se pierda la memoria histórica” de la ciudad, subrayando que la violencia de aquel día dejó un hito histórico negativo que sigue presente en la comunidad.

Los neivanos continúan comprometidos con la construcción de una sociedad basada en la paz y el respeto a la vida, honrando a aquellos que perdieron la vida en la «casa bomba».

Y.A.