En el municipio de Turbaco, Bolívar, los residentes de la urbanización La Granja han alzado su voz ante la creciente inseguridad en el sector debido a los problemas en el centro de reclusión para menores Hogares Claret. De acuerdo con denuncias de trabajadores de la fundación, los internos han tomado el control del lugar, generando temor con amenazas y agresiones.
Las alertas se han encendido luego de que en los últimos días se reportaran múltiples fugas, enfrentamientos violentos y hasta presunto tráfico de drogas dentro de la institución. La Policía Metropolitana de Cartagena confirmó que en una de estas riñas hubo personas heridas, lo que ha incrementado la preocupación de la comunidad.
Durante un recorrido por los alrededores del centro de reclusión, los habitantes de La Granja identificaron serias fallas en la infraestructura y en las medidas de seguridad. Entre los problemas detectados se encuentran garitas en mal estado sin vigilancia, lotes baldíos que pueden servir de escondite para los fugados y cercas perimetrales deterioradas.
Margarita Barón, presidenta de la Junta de Acción Comunal, hizo un llamado urgente a las autoridades para que intervengan y refuercen la seguridad en la zona. «Estos jóvenes están en un proceso de resocialización, pero hay que prestar más atención para evitar que la comunidad termine afectada por hechos lamentables», advirtió.
Pese a las denuncias, la administración municipal se mantiene hermética sobre la situación. La secretaria de Gobierno, Berta del Río Lombana, aseguró no tener conocimiento de los recientes incidentes reportados tanto por los empleados del centro como por la Policía.
Ante esta falta de respuesta, los vecinos exigen acciones inmediatas por parte de la Alcaldía, el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (Icbf) y la Policía Nacional, con el fin de evitar que la situación se salga aún más de control y garantizar la tranquilidad de la comunidad.