Una nueva crisis hídrica azota al corregimiento de Palmar de Candelaria, mientras sus habitantes luchan por acceder al agua potable.
El deficiente servicio de agua potable en el corregimiento de Palmar de Candelaria, municipio de Luruaco, evidenciado por las constantes dificultades en la presión y calidad del suministro por parte de Aqualia, afecta a la comunidad de diferentes barrios de la zona.
Desde que comenzó la crisis, se han realizado esfuerzos coordinados para garantizar el abastecimiento de agua a los hogares mediante envíos quincenales por parte de la Gobernación. Sin embargo, la sequía continúa y, con ella, la escasez de agua, lo que ha generado gran preocupación entre los habitantes, quienes solicitan con urgencia medidas más eficaces y rápidas para resolver esta grave situación.
Según los residentes, la calidad del agua suministrada no es apta para el consumo humano, lo que motivó un plantón esta mañana en señal de protesta. Los vecinos han tenido que reemplazar las terrazas de sus viviendas por tanques de almacenamiento, esperando la llegada del camión cisterna cada 15 días para poder abastecerse del agua.
A pesar de la pésima calidad del servicio, los habitantes no pagan por el agua que reciben, la cual tiene un costo promedio de 38 mil pesos, pues la misma no es apta para el consumo. Sin embargo, Aqualia sigue enviando las facturas a los usuarios, sin ofrecer un servicio adecuado.
Lo más lamentable es que ni la Alcaldía de Luruaco ni la Gobernación del Atlántico han mostrado interés ni respuesta ante las graves denuncias de la comunidad, que los eligió para velar por su bienestar.
Con información de Noticis Guájaro
