[EDITORIAL] Cuidado con la calidad de los alimentos

Nos parece justo y necesario que el Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos-Invima, conjuntamente con la Secretaría de Salud Distrital, procedan a desarrollar las acciones tendientes a conformar lo que se podría considerar como una alianza estratégica, mediante la cual se lleven a cabo procedimientos contundentes, tendientes a establecer la calidad de algunos productos alimenticios de alto consumo que ingerimos  en estos  días precarnestoléndicos.

Como sabemos, esta vigilancia la viene practicando el Invima desde tiempo atrás, pero dirigida más que todo a los medicamentos; en hora buena este método se ha extendido también a los productos alimenticios para evitar que se sigan cometiendo abusos con el consumidor final que es el que sufre las consecuencias de una deficiente elaboración y manipulación de un elemento tan importante para el ser humano como es la comida.

Realmente el Invima está en mora respecto a un asunto tan importante como este, por lo que podemos considerar que esta entidad se pondría a tono con la realidad de lo que sucede en nuestra ciudad –nos imaginamos que en el resto del país– en cuanto a los controles que se deben ejercer, para así garantizar una óptima calidad.

Y desde luego, para que se corrijan algunas irregularidades que en un momento dado causen perjuicios en la salud de los consumidores, quienes atendiendo las campañas publicitarias, se constituyen en asiduos consumidores de productos alimenticios, como la carne bovina  y la de pollo, confiando en que los mismos cumplen con todas las normas sanitarias, que son precisamente las que el Invima y las Secretarías de Salud distrital deben hacer respetar.

Nuestra campaña pretende que se ejerza una estricta vigilancia, con la finalidad de que se verifiquen las condiciones de salubridad de muchos productos y evitar así los riesgos de contaminación, a los cuales se les deberán realizar los correspondientes análisis que permitan un minucioso control de calidad a una serie de productos de amplio consumo y que las autoridades competentes procedan a imponer las correspondientes sanciones.

Esperamos que estas no terminen como siempre, en insignificantes amonestaciones, más bien simbólicas, que no compensan los perjuicios ocasionados por la irresponsabilidad de los propietarios de algunos puestos de cuya actividad se concentre en la manipulación y distribución de productos alimenticios de gran consumo, como es la carne por parte de la población, ya que se ha presentado el caso que a los incautos compradores en muchos establecimientos se les está vendiendo carne de no muy clara procedencia.

El hecho de anunciarse que será la carne el alimento con el que se dará comienzo a las actividades de vigilancia de la anunciada alianza estratégica conformada por el Invima y la Secretaría de Salud, nos pone de manifiesto que se está atendiendo nuestro llamado y el de un gran conglomerado de consumidores, quienes a menudo presentan ante las autoridades sanitarias sus quejas acerca de la calidad de muchos alimentos que se se constituyen en el componente más importante dentro de la dieta de los barranquilleros, a pesar de los permanentes incrementos en su precio, los cuales se han hecho notorios en los últimos meses.

Igualmente reconforta a la población, que tiene como base de su sustento el consumo de carne y otros productos, la imposición de las merecidas sanciones para todos aquellos propietarios de tiendas y puestos de ventas en la zona del mercado a las que se les compruebe que existe alteración en la calidad de este vital alimento.