El país celebra elecciones bajo estrictas medidas para evitar violencia y posibles fraudes.
Este domingo, Ecuador se enfrenta a unas elecciones generales marcadas por un clima de alta tensión debido a la creciente violencia del crimen organizado y las advertencias sobre posibles fraudes electorales. Cerca de 14 millones de ecuatorianos están llamados a las urnas para elegir presidente, 151 diputados y cinco parlamentarios andinos para el periodo 2025-2029.
El proceso se llevará a cabo bajo un fuerte despliegue de seguridad, con el cierre de fronteras con Colombia y Perú como una medida preventiva del gobierno de Daniel Noboa, quien declaró a inicios de 2024 un conflicto armado interno contra el crimen organizado.
Además, unos 200 observadores internacionales de organismos como la Unión Europea (UE), la Organización de Estados Americanos (OEA) y el Parlamento del Mercosur supervisarán la jornada. «Nuestro propósito es ser imparciales, objetivos, rigurosos y ayudar a la democracia», afirmó Heraldo Muñoz, jefe de la misión de observadores de la OEA.
A pesar de la presencia internacional, persisten las preocupaciones sobre posibles irregularidades. Tanto Noboa, quien busca la reelección, como su principal contrincante, la izquierdista Luisa González, han advertido sobre riesgos de fraude electoral. “Debemos estar vigilantes para que no nos hagan fraude electoral. No podemos permitirlo”, expresó Noboa en el cierre de su campaña en Quito.
Estas elecciones se celebran en medio de una crisis de seguridad sin precedentes, con la tasa de homicidios pasando de 6 por cada 100.000 habitantes en 2018 a 38 en 2024. Con 16 candidatos presidenciales y un país en incertidumbre, Ecuador enfrenta uno de los comicios más desafiantes de su historia reciente.
Y.A.