Omar Ambuila: de funcionario de la Dian a extraditado por narcotráfico y corrupción

El escándalo que involucra al exfuncionario de la Dian, Omar Ambuila, ha dado un giro importante con su reciente aceptación de cargos en una corte de Tampa, EE. UU. Ambuila, quien fue responsable del control de carga en el puerto de Buenaventura, enfrenta serias acusaciones de lavado de activos, narcotráfico y vínculos con redes de contrabando, las cuales habrían utilizado su puesto para facilitar el paso de mercancías ilegales.

El caso comenzó a tomar fuerza en 2017, cuando su hija, Jenny Lizeth Ambuila, publicó fotos de un estilo de vida lujoso en sus redes sociales, mostrando vehículos como un Lamborghini Huracán Spider y una Porsche Cayenne, lo que llamó la atención de las autoridades fiscales. La pregunta que surgió fue cómo una joven de 26 años podía permitirse tales lujos sin una fuente de ingresos legítima. Las investigaciones apuntaron rápidamente a su padre, quien, según las autoridades, habría utilizado su cargo en la Dian para recibir sobornos y permitir el paso de contrabando y drogas a cambio de grandes sumas de dinero.

Las autoridades colombianas y estadounidenses unieron fuerzas para investigar el origen del dinero y descubrieron que Ambuila no solo colaboraba con contrabandistas, sino que también compró el silencio de varios agentes y colaboradores de la DEA, utilizando cuentas bancarias para mover aproximadamente un millón de dólares en ganancias ilícitas.

El caso alcanzó su punto culminante el 28 de enero de 2025, cuando Ambuila compareció ante la jueza Virginia Hernández-Covington en Tampa, EE. UU., y aceptó los cargos en su contra. La fiscalía se mostró sorprendida por esta decisión, ya que habían preparado un juicio con más de 30 testigos listos para testificar sobre su implicación en la corrupción en el puerto de Buenaventura. A pesar de haber rechazado previamente un acuerdo de seis años de prisión, ahora enfrenta una posible condena de hasta 20 años.

Las investigaciones también revelaron que parte del dinero de Ambuila fue lavado a través de empresas fachada en Tampa y cuentas vinculadas a personajes del crimen organizado. Entre 2014 y 2016, las transacciones de Ambuila fueron rastreadas hasta una compraventa de autos de lujo en Florida, lo que dejó una clara pista para los investigadores.

Por su parte, Jenny Lizeth Ambuila, quien vivía en EE. UU., ha desaparecido del ojo público tras el escándalo. Cerró sus cuentas de redes sociales y se alejó de la vida de lujos que antes exhibía.

Este caso, que expone las redes de corrupción y narcotráfico en Colombia, pone de manifiesto también las fallas en el control del comercio exterior. A medida que la extradición de Ambuila se completa, se espera que más implicados en esta red de corrupción sean llevados ante la justicia. La colaboración entre las autoridades colombianas y estadounidenses sigue siendo clave para desmantelar estas estructuras criminales que operan entre ambos países.