La comunidad indígena Emberá Katío del resguardo del Alto Sinú, en Tierralta, Córdoba, enfrenta una crisis humanitaria agravada por la presencia de grupos armados ilegales. Desde 2022, cerca de 12.000 indígenas han sido víctimas de desplazamientos forzados, amenazas y restricciones de movilidad, poniendo en riesgo su seguridad y bienestar.
El pasado 8 de enero de 2025, 611 personas pertenecientes a las comunidades de Nejondó y Koredó abandonaron sus hogares debido a operativos militares en la zona. Esta situación se suma a otros desplazamientos ocurridos en 2024, cuando 1.008 personas quedaron confinadas tras enfrentamientos armados.
Los indígenas han optado por no denunciar las agresiones por miedo a represalias, lo que ha generado un subregistro de las afectaciones y ha profundizado su vulnerabilidad. La Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) advierte que la crisis expone a la población a graves riesgos, como el reclutamiento forzado de menores, violencia de género y falta de acceso a servicios básicos como agua potable, alimentación y salud.
Ante la emergencia, las autoridades locales han implementado medidas de respuesta, activando el Comité Territorial de Justicia Transicional para coordinar la entrega de ayudas humanitarias. Se han distribuido alimentos, kits de higiene y atención en salud a las familias desplazadas.
La OCHA ha enfatizado la necesidad de fortalecer la asistencia humanitaria con enfoque étnico, garantizar apoyo psicosocial para los afectados y asegurar el acceso a la educación para evitar el reclutamiento de niños y adolescentes.
Mientras tanto, las comunidades del Alto Sinú siguen esperando una solución definitiva que les permita vivir en paz y con garantías de seguridad en su territorio ancestral.