La funcionaria más joven en asumir el cargo promete priorizar integración regional, relación pragmática con Estados Unidos y desarrollo sostenible.
La Presidencia de la República confirmó la designación de Laura Sarabia como ministra de Relaciones Exteriores, en reemplazo de Luis Gilberto Murillo. Este martes, su hoja de vida fue publicada oficialmente en el portal de aspirantes de la Presidencia, dejando solo pendiente su posesión por parte del presidente Gustavo Petro, programada para el próximo 1 de enero.
Sarabia, actual directora del Departamento Administrativo de la Presidencia, hará historia al convertirse en la funcionaria más joven en ocupar este cargo en Colombia. La politóloga de la Universidad Militar Nueva Granada acumula experiencia en el sector público desde que asumió roles clave en el gobierno de Petro, como directora del Departamento de Prosperidad Social y jefa de gabinete.
Cuatro pilares estratégicos para la cancillería
En sus primeras declaraciones, Laura Sarabia detalló que su gestión se enfocará en cuatro pilares: integración regional, una relación pragmática con Estados Unidos, el fortalecimiento de la carrera diplomática y el desarrollo sostenible, con énfasis en los empresarios como aliados estratégicos.
En relación con Estados Unidos, uno de los retos más inmediatos será establecer un diálogo constructivo con el Gobierno de Donald Trump. Según Sarabia, “es prioritario fortalecer los lazos bilaterales en áreas clave como el comercio, la seguridad y el desarrollo sostenible”.
Designación entre críticas y expectativas
El nombramiento de Laura Sarabia ha generado controversia. Algunos sectores políticos y analistas cuestionaron su limitada trayectoria en comparación con figuras históricas como Marta Lucía Ramírez o María Ángela Holguín. Sin embargo, desde el Gobierno Nacional defienden su preparación y su alineación con las prioridades de Petro para una política exterior progresista.
La nueva canciller asumirá en un contexto global desafiante, marcado por tensiones geopolíticas, retos ambientales y el impulso de una integración regional que pueda posicionar a Colombia como un actor estratégico en América Latina.
Y.A.