La frontera entre Cúcuta (Colombia) y el Estado de Zulia (Venezuela) experimenta restricciones en el paso debido a ejercicios militares ordenados por el gobierno venezolano.
Estas maniobras, parte del llamado “escudo de defensa bolivariana”, se realizan en respuesta a la creciente violencia en la región del Catatumbo, donde los enfrentamientos entre grupos armados como el ELN y las disidencias de Calarcá han provocado un aumento del desplazamiento forzado.
Los Puentes Atanasio Girardot y La Unión, que conectan ambos países, se encuentran cerrados, mientras que los Puentes Simón Bolívar y Francisco de Paula Santander siguen operativos para el paso de personas y vehículos. En el municipio de Arauca, el paso fronterizo permanece sin alteraciones y no se ha reportado presencia militar venezolana en esta zona.
El cierre parcial de la frontera se estima que se extenderá hasta el mediodía, según fuentes locales como el medio La Opinión. Durante la jornada, los cielos de la zona han sido sobrevolados por aviones de guerra rusos Sukhoi, enviados por el régimen de Nicolás Maduro para realizar labores de monitoreo y patrullaje fronterizo.
La medida ocurre en un contexto crítico, ya que, hasta el 20 de enero, más de mil colombianos han cruzado la frontera hacia Venezuela huyendo de los intensos combates en el Catatumbo. Estos desplazados se suman a los miles de afectados por la violencia en la región, lo que ha generado preocupación tanto en Colombia como en Venezuela.
El ELN, un grupo guerrillero binacional, mantiene un control significativo sobre varias zonas de la frontera colombo-venezolana, realizando actividades ilegales y colaborando ocasionalmente con las fuerzas armadas venezolanas.
Esto ha convertido la región en un punto estratégico tanto para las operaciones de la guerrilla como para la respuesta militar del régimen de Maduro.