En una ceremonia solemne celebrada en el Capitolio de Washington D.C., Donald Trump fue juramentado como presidente de los Estados Unidos para su segundo mandato.
Rodeado de altos dignatarios, miembros del Congreso y destacadas personalidades del ámbito político y empresarial, el evento destacó por su impecable organización y la implementación de estrictas medidas de seguridad.
Tras los actos protocolarios, los invitados fueron conducidos al Statuary Hall del Capitolio, donde se llevó a cabo un almuerzo oficial diseñado para celebrar la continuidad de la administración presidencial.
Durante este encuentro se disfrutó de una muestra de la rica tradición culinaria estadounidense, con un menú cuidadosamente seleccionado.
Con ingredientes representativos de diversas regiones del país, comenzó con un pastel de cangrejo, acompañado de tartar de tomate, verduras frescas y aceite de cebollino. Este primer plato, que evoca los sabores de la bahía de Chesapeake, fue maridado con un Chardonnay de Veritas Vineyard, una bodega de Virginia reconocida por sus vinos de alta calidad.
El plato principal, un filete de ternera Angus de Omaha, se sirvió junto con zanahorias, brócoli, gratinado de patatas y una sofisticada salsa de trufa al vino tinto. El robusto plato encontró su complemento perfecto en un Cabernet Sauvignon de Mount Veeder, proveniente del icónico valle de Napa en California, conocido por su producción vinícola de excelencia.
Para culminar, el postre ofreció una terrina helada de manzana acompañada de helado de crema agria y caramelo salado, un cierre delicado y equilibrado que destacó por su combinación de sabores dulces y ácidos.
El brindis final se realizó con un espumoso Korbel Russian River Valley Natural, procedente de California, que aportó frescura y sofisticación al evento.
