Gustavo Petro decretó estado de conmoción interior ante una escalada de violencia que ha dejado más de 100 muertos y cerca de 20.000 desplazados en menos de una semana.
Esta medida, contemplada en la Constitución, permite al Ejecutivo tomar acciones extraordinarias para enfrentar la grave crisis de orden público que afecta al país.
La situación más crítica se vive en el Catatumbo donde la guerrilla ELN ha protagonizado ataques contra civiles y enfrentamientos con disidentes de las FARC. Hasta el momento, los choques en esta zona han dejado al menos 80 muertos y miles de desplazados en un territorio marcado por la presencia de narcocultivos.
Mientras tanto, en el departamento de Bolívar, los enfrentamientos entre el ELN y el Clan del Golfo, la mayor banda narco del país, dejaron nueve muertos.
Por su parte, el Guaviare ha sido escenario de choques entre facciones de disidentes de las FARC, resultando en la muerte de 20 guerrilleros, según informes del Ministerio de Defensa.
El estado de conmoción interior, según la Constitución colombiana, se aplica en casos de perturbación extrema del orden público que amenacen la estabilidad institucional y la seguridad nacional.
