El Silencio del Mono

Por Álvaro Cotes Córdoba

La vida humana en el mundo está cada vez más acelerada, por cuanto hay un flujo constante de abundante información por todas partes y de toda índole.

Y es culpa de nosotros mismos o mejor dicho de los que inventaron y comercializaron los nuevos canales para dar información y de los que no nos resistimos a esas tentaciones tecnológicas, como por ejemplo, el internet, las redes sociales y los celulares.

Además, ya no se necesita gastar un dineral, para que te gradúen como periodista, porque las redes sociales lo hacen gratis. Y solamente tienes que comprarte un celular, abrir tus cuentas en las redes sociales y llenarlas después de tu contenido informativo a tu manera.

Sin importar que no seas fotógrafo y camarógrafo profesional ni que sepas escribir como debe ser y mejor aún, puedes ejercer el periodismo como mejor te parezca: Como periodista de radio, televisión o prensa escrita o combinar las tres formas.

El ejemplo anterior ha agravado todavía más el asunto del estrés que produce ese chorro permanente de información, por los tantos contenidos que se envían y reciben a través de estos modernos canales que son más prácticos y más rápidos que los tradicionales, incluso más que la radio.

Es ya casi imposible o muy difícil aislarse o desprenderse de esos canales, por cuanto nos sigue gustando estar enterados de todo lo que sucede en nuestra ciudad, región, país y el mundo entero.

Ese montón de información descontrolada, en donde igualmente hay desinformación o las noticias falsas que a pesar de mantenernos al tanto y a la vez desinformados, también nos afecta por el estrés que produce y porque, además, con ellas tapan otras de mayor importancia.

Y a pesar de que deberíamos de estar más comunicados, estamos cada vez menos comunicados o si no me creen, vayan a una fiesta por un cumpleaños o boda y se darán de cuenta que los celulares y redes sociales también han disminuido las conversaciones personales.

Para combatir ese constante bombardeo indiscriminado de información que recibimos y que también damos a diario, lo cual nos estresa y para lograr una paz interior, es necesario aplicar un concepto oriental, que nos invita a bajarle la velocidad a la mente acelerada por las inundaciones informativas procedentes de millones de cuentas en las redes e internet.

Es una actividad que nos permite un estado de calma y más concentración. Una metáfora que representa la mente que salta de un pensamiento a otro sin control y con la cual se puede no estar presente en el momento y disfrutar plenamente de la vida y buscar el objetivo primordial, el cual es silenciar al Mono que todos llevamos todavía por dentro y calmar la mente inquieta. Al mismo tiempo que disminuye los niveles de cortisol, que es la hormona del estrés. Eso se llama el Silencio del Mono y no de lo que seguro muchos estaban pensando al ver la foto con el cual ilustro este artículo de entretención. Gracias por leerme.