En un escenario donde la inocencia y la pureza son protagonistas, los niños nos recuerdan la importancia de celebrar la vida y la paz. Sus risas y llantos de alegría, llenos de esperanza y amor, se convierten en un canto a la humanidad.
«Herodes ha sido derrotado», declaran simbólicamente las voces de quienes entienden que la oscuridad no puede contra la luz. Hoy, el júbilo de los niños es una victoria sobre la opresión, la violencia y la indiferencia.
Este mensaje nos invita a reflexionar sobre nuestro rol en la sociedad y a unirnos en un compromiso por garantizar un futuro donde los valores de la vida y la paz prevalezcan, tal como lo enseñan los más pequeños con su pureza y su inagotable capacidad de amar.
¡Que siempre viva la alegría infantil y la paz que todos deseamos!
