Por: Álvaro Cotes Córdoba.
Lo que diferencia al ser humano de los animales, es su cerebro. Y en el ser humano, se desarrolló más. Lo que bastó para prevalecer sobre el resto de animales en la Tierra.
Si el cerebro no se le hubiera desarrollado, el ser humano no habría existido desde hacía miles de siglos, por cuanto la naturaleza no lo había dotado físicamente de otra defensa personal más poderosa que las del resto de animales.
Sin las garras, mandíbulas, dientes, colmillos, fuerza y velocidad de los animales más depredadores de este mundo, éramos los más débiles, unos chicles para ellos. Pero el cerebro, un órgano frágil oculto en su interior, no sólo lo hizo el más poderoso, sino también el más peligroso, incluso, hasta para su propia especie.
El siguiente caso que hoy les voy a contar es apenas uno de los millones que de seguro los humanos han protagonizado contra su propia especie durante su larga permanencia en la esfera terrestre.
El que le sucedió a Dylan Redwine, un niño asesinado por su padre después de descubrirles fotos comprometedoras y perturbadoras en su computador…