Jesús Alonso Rodríguez Romero fue sancionado con destitución e inhabilidad por 12 años tras comprobársele actos de acoso sexual contra una trabajadora.
La Procuraduría General de la Nación anunció la destitución e inhabilidad general por 12 años de Jesús Alonso Rodríguez Romero, quien se desempeñaba como jefe de la Oficina de Control Interno del Banco Agrario de Colombia. La sanción fue impuesta tras comprobarse que el exfuncionario cometió acoso sexual en contra de su subalterna, Erika Ortiz Suárez.
Un caso de abuso de poder
La investigación determinó que Rodríguez, abusando de su posición de autoridad, citó a la colaboradora en reiteradas ocasiones a su oficina, donde la sometió a hostigamientos verbales con propuestas de índole sexual. Según los testimonios recabados, el exfuncionario ignoró las negativas de la víctima y mantuvo una conducta persistente e inapropiada.
Además, la Procuraduría confirmó que Rodríguez realizó tocamientos indebidos a Ortiz en varias partes de su cuerpo, sin su consentimiento y en contra de su voluntad. Estos hechos ocurrieron dentro del entorno laboral, aprovechándose de la posición de vulnerabilidad de la trabajadora.
Sanciones severas ante una falta gravísima
La autoridad disciplinaria calificó la conducta de Rodríguez como una falta gravísima cometida con dolo, argumentando que el comportamiento atentó contra los derechos fundamentales de la víctima y generó un ambiente laboral tóxico. Por ello, se le impuso la destitución de su cargo y la inhabilidad para ejercer funciones públicas durante los próximos 12 años.
El fallo fue emitido en primera instancia por la Distrital de Juzgamiento de la Procuraduría, destacando la gravedad de los hechos debido a la evidente relación de poder entre el agresor y la víctima.
Compromiso con entornos laborales libres de violencia
El Ministerio Público subrayó que estas sanciones son una medida ejemplar para garantizar un entorno laboral libre de acoso y proteger los derechos humanos de los trabajadores. La Procuraduría reiteró su compromiso con sancionar severamente este tipo de conductas que vulneran la dignidad y la seguridad de las personas en sus lugares de trabajo.
El caso de Rodríguez Romero pone de manifiesto la importancia de implementar medidas efectivas que prevengan el acoso sexual en el ámbito laboral y promuevan el respeto mutuo como base fundamental de las relaciones laborales.
Y.A.