El presidente venezolano se juramenta en medio de tensiones internas y críticas internacionales. Su discurso subraya el cumplimiento de la Constitución, pero no estuvo exento de polémica.
El pasado viernes, Nicolás Maduro asumió oficialmente su tercer mandato como presidente de Venezuela, en un acto de juramentación ante la Asamblea Nacional. Su discurso estuvo marcado por un tono desafiante, en el que reafirmó su compromiso con la “paz” y el cumplimiento de la Constitución, mientras se refería a la situación política tanto interna como internacional de manera firme y, en algunos casos, confrontativa.
La ceremonia, que contó con la presencia de figuras clave del régimen, así como algunos representantes internacionales, se dio en un contexto altamente controversial. Las elecciones de julio de 2024, en las que Maduro se proclamó vencedor, fueron fuertemente cuestionadas por la oposición, que asegura que el verdadero ganador fue el candidato Edmundo González, lo que ha generado una ola de protestas y críticas tanto dentro como fuera del país.
Un discurso centrado en la “paz” y la “resistencia”
Maduro inició su alocución destacando lo que consideró como una Venezuela en paz, un mensaje dirigido tanto al pueblo venezolano como a la comunidad internacional. “Este acto es posible porque Venezuela está en paz, en pleno ejercicio de su soberanía nacional, de su soberanía popular”, afirmó con firmeza, mientras se refería a las recientes protestas opositoras como intentos externos de desestabilizar al país.
En medio de su discurso, Maduro aseguró que, a pesar de las dificultades internas, el país se encontraba más fuerte que nunca. “Hemos cumplido con la Constitución que nació de nuestras manos, del hombre y de la mujer de a pie”, expresó, intentando consolidar una narrativa de legitimidad basada en su interpretación del proceso constitucional.
Críticas a la oposición y al exterior: El saludo de Maduro a Uribe y Duque «le digo a Álvaro Uribe Vélez y a Iván duque que los tenemos derrotados a sus narcotraficantes y a sus trenes para militares»
El presidente venezolano también aprovechó la ocasión para arremeter contra figuras internacionales, como los expresidentes colombianos Álvaro Uribe Vélez e Iván Duque, a quienes señaló de ser responsables de financiar grupos criminales en Venezuela, como los llamados “Trenes de Aragua” y el “Tren del Llano”. “Le digo a Álvaro Uribe Vélez y a Iván Duque que los tenemos derrotados a sus narcotraficantes y a sus trenes para militares”, declaró, buscando fortalecer su imagen de líder firme frente a lo que considera ataques externos.
«Tercera gran transformación consolidar los mecanismos de defensa y de seguridad qur nuestro país sea un país cada vez más seguro de paz, lo hemos venido logrando con mucho esfuerzo combatiendo a los grupos criminales a los trenes criminales, combatiendo firmemente firmemente, financiados de Colombia por Álvaro Uribe Vélez, Iván duque que no se han cansado de financiar con cocaína colombiana a los trenes de aragua al tren del llano y a todos los trenes de delincuentes Pero le digo a Álvaro Uribe Vélez y a Iván duque que los tenemos derrotados a sus narcotraficantes y a sus trenes para militares»
Además, Maduro no dejó de mencionar su desacuerdo con algunos gobiernos extranjeros, señalando especialmente a los de Estados Unidos y Argentina. En un momento tenso del discurso, calificó al presidente argentino Javier Milei como un “nazi sionista”, un insulto que causó revuelo tanto en Venezuela como en el ámbito internacional. El mandatario venezolano, visiblemente molesto, también subrayó su rechazo a las críticas internacionales y reafirmó que su poder emana “del pueblo” y no de gobiernos extranjeros.
Reflexión sobre su rol y legado
Durante su intervención, Maduro hizo un llamado a la unidad del país y a la paz, prometiendo que no fallaría al pueblo venezolano. “A los venezolanos les puedo decir que jamás les fallaré, jamás los traicionaré. Yo voy para adelante con la fuerza huracanada y volcánica de un pueblo que quiere patria, futuro y paz”, sentenció, aludiendo a su rol como “guerrero” del país.
La figura de Hugo Chávez, su predecesor y mentor, también estuvo presente en sus palabras. Maduro aprovechó para rendir homenaje a la familia Chávez, presente en el evento, y destacar su propia relación con el legado del expresidente, asegurando que su poder no proviene de influencias extranjeras, sino de su conexión con el pueblo venezolano.
El trasfondo de la toma de posesión
La toma de posesión de Maduro se dio en un contexto de polarización política y económica. La oposición venezolana y varios países internacionales han cuestionado la legitimidad de su reelección, señalando irregularidades en el proceso electoral de julio. Mientras tanto, en Venezuela, el descontento popular persiste debido a la crisis económica y social que afecta al país, exacerbada por las sanciones internacionales y la gestión del gobierno.
El mandatario ha mantenido una postura de resistencia frente a estas críticas, destacando su capacidad para enfrentar lo que considera un ataque continuo por parte de potencias extranjeras, principalmente de Estados Unidos, que lo han sancionado por violaciones a los derechos humanos y corrupción.
Un mandato cuestionado, pero firme en su discurso
A pesar de las tensiones internas y externas, Maduro se muestra firme en su determinación de gobernar durante el periodo 2025-2031, argumentando que su mandato es un reflejo de la voluntad popular, a pesar de las constantes acusaciones de fraude y manipulación electoral.
El futuro inmediato de Venezuela sigue siendo incierto. Aunque Maduro se presenta como el garante de la estabilidad y la paz, su gobierno enfrenta un panorama lleno de desafíos tanto económicos como políticos. Las voces de la oposición seguirán cuestionando la legitimidad de su mandato, mientras que el presidente intentará consolidar su poder en un entorno internacional cada vez más crítico con su gestión.