El sistema de transporte Transmetro ha vuelto a ser objeto de críticas por el cobro del pasaje, especialmente por la cuestionable implementación de una tecnología que, lejos de beneficiar a los usuarios, se ha convertido en una carga adicional.

Con un costo de 3300 pesos por pasaje, 300 de esos pesos son destinados a una tecnología que no está funcionando correctamente, lo que resulta en un cobro injusto e innecesario.
Para aquellos que utilizan el servicio dos veces al día, este cargo de 300 pesos se duplica, alcanzando los 600 pesos diarios. Si lo multiplicamos por los 30 días del mes, el gasto mensual asciende a 18,000 pesos por persona solo por una tecnología que no cumple su función, lo que representa un despropósito absoluto para los usuarios que ya enfrentan otras dificultades relacionadas con la calidad del servicio.
Es incomprensible que los usuarios continúen pagando por una promesa tecnológica que no se está cumpliendo. El sistema de Transmetro debe rendir cuentas por este cobro injustificado y, sobre todo, asumir la responsabilidad de ofrecer un servicio eficiente y funcional, sin abusar de los ciudadanos que dependen de este medio de transporte para su día a día.
La falta de transparencia y acción por parte de las autoridades solo genera más desconfianza entre los usuarios. Es hora de que se tomen medidas para que los colombianos no sigan siendo los grandes afectados por una tecnología que no está sirviendo para nada.
