Tatiana Angulo honra el legado de las danzas de congos más antiguas de Barranquilla

En una tarde memorable, marcada por la esencia de la Navidad y el Carnaval, los barrios Rebolo, San Roque y Pumarejo se convirtieron en el escenario de una celebración sin igual. La reina del Carnaval 2025, Tatiana Angulo Fernández de Castro, protagonizó una jornada llena de cultura, tradición y fervor popular, al rendir homenaje a tres de las danzas más antiguas y emblemáticas de la fiesta barranquillera: el Toro Grande de Rebolo, el Congo Grande de Barranquilla y el Torito Ribeño.
La soberana inició su agenda con la izada de bandera del Toro Grande de Rebolo, encabezada por el maestro Óscar Barrios, quien representa cinco generaciones dedicadas a preservar esta tradición, que en 2025 celebra 150 años de historia.
El momento fue acompañado por décimas y cantos que emocionaron a la comunidad, destacando la trascendencia de esta danza en el Carnaval.
Posteriormente, la soberana visitó el barrio San Roque, donde fue recibida por la Familia Fontalvo, guardianes del Torito Ribeño, otra joya cultural que está próxima a cumplir 150 años. El maestro Alfonso Fontalvo, conmovido por la presencia de la reina, compartió anécdotas, trofeos y recuerdos que forman parte del museo que mantiene vivo el legado de su danza en el corazón del barrio.
El cierre del recorrido estuvo a cargo del Congo Grande de Barranquilla, liderado por la familia Cabrera Maury. En un desfile, los integrantes de la danza mostraron su espíritu guerrero y celebraron con Tatiana el cumpleaños número 149 de este ícono del Carnaval. La izada de bandera y el canto del cumpleaños sellaron una jornada llena de historia y emoción.
Durante cada visita, la reina Tatiana destacó la importancia de preservar estas tradiciones que son el alma del Carnaval de Barranquilla. “Hoy celebramos no solo el Carnaval, sino la memoria colectiva de un pueblo que ha hecho de estas danzas su orgullo y su bandera», señaló, incentivando a los líderes culturales a seguir trabajando por este legado invaluable.
Además, como parte de su iniciativa, entregó estandartes conmemorativos a las familias, reconociendo su invaluable aporte a la historia y al espíritu del Carnaval, un patrimonio inmaterial que trasciende fronteras.
La jornada concluyó con música, danza y la alegría característica del Carnaval. Entre aplausos y emociones, quedó claro que el Carnaval no solo es una fiesta, sino un símbolo de resistencia, unidad y tradición.