Después de más de un siglo de abandono, los habitantes del municipio de Zona Bananera, específicamente en la comunidad de Varela, celebran la llegada de agua potable gracias a la construcción de un nuevo acueducto.
Esta obra marca un hito en la historia del municipio, beneficiando directamente a 3.900 personas y transformando su calidad de vida.
Por primera vez, los residentes de Varela podrán acceder a agua apta para el consumo humano proveniente de una fuente superficial. La iniciativa, impulsada durante el actual periodo de gobierno y respaldada por la continuidad de Fuerza Ciudadana bajo el liderazgo del gobernador Rafael Martínez, pone fin a décadas de rezago y desatención.
UNA INVERSIÓN QUE CAMBIA VIDAS
El proyecto contó con una inversión de $5.576 millones, destinada a la construcción de:
Una Planta de Tratamiento de Agua Potable (PTAP) con capacidad para procesar 17 litros por segundo.
Un tanque de almacenamiento con capacidad de 684 m³.
Una línea de impulsión de 600 metros que transporta el agua hacia un tanque elevado.
Tres bombas de alta potencia con motores de 10 caballos de fuerza, capaces de mover 21 litros por segundo.
Esta obra es parte de un plan integral que abarca cinco proyectos hídricos en la región, con una inversión total de $34.000 millones. Algunos de estos proyectos se encontraron en estado de abandono, pero han sido retomados para garantizar hasta ocho horas diarias de suministro continuo.
UNA REVOLUCIÓN DEL AGUA EN EL MAGDALENA
El nuevo acueducto de Varela es solo una de las 44 obras hídricas que forman parte de la Revolución del Agua al Pueblo, un ambicioso programa que destina cerca de $181.000 millones a proyectos de agua potable, alcantarillado y eficiencia energética en 22 municipios del Magdalena.
Hasta el momento, este plan ha avanzado con la entrega y construcción de:
32 acueductos.
Seis sistemas de alcantarillado.
Un relleno sanitario.
Cinco proyectos de eficiencia energética.
UN MODELO A SEGUIR
La gestión del agua en el Magdalena se presenta como un ejemplo replicable para otras regiones del país. Con este modelo, se busca no solo garantizar el acceso a servicios básicos, sino también combatir la pobreza y saldar deudas históricas con comunidades olvidadas.
El acueducto de Varela es un paso significativo hacia un futuro más equitativo, donde el acceso al agua potable sea un derecho para todos.