TEMA EDUCATIVO: LA IAPC HERRAMIENTA DE TRANSFORMACIÓN


POR: LUISA FERNANDA FLOREZ

El artículo de Mora Mora sobre la Investigación Acción Participación Curricular (IAPC) expone un enfoque innovador y profundamente humanista hacia la investigación educativa, desafiando las metodologías tradicionales de análisis. Mora Mora propone que, a través de la IAPC, el investigador debe adaptarse y convivir con los actores sociales, no desde una posición de poder y conocimiento, sino desde una postura empática y colaborativa.
Este tipo de investigación no se basa únicamente en la recopilación de datos, sino en la construcción conjunta de conocimientos, donde tanto el investigador como los actores sociales contribuyen activamente al proceso. En este sentido, la IAPC se presenta como una herramienta poderosa para humanizar la investigación, pues al involucrar a los sujetos en su propio contexto cultural y social, se logra una comprensión más profunda de la realidad educativa y social. A través de la empatía y la simpatía, el investigador se convierte no solo en un observador, sino en un actor que participa activamente en la construcción de conocimientos y en la transformación social.
Una de las ideas clave que Mora Mora desarrolla es la crítica al modelo tradicional de investigador como figura separada y superior, que observa a los sujetos sin involucrarse en sus realidades.
La IAPC, al contrario, promueve una relación horizontal, en la que el investigador aprende tanto como enseña. Este enfoque de reciprocidad genera una mayor comprensión de los procesos sociales, ya que no se reduce a la mera acumulación de datos, sino a la interpretación y transformación de estos dentro de un contexto cultural específico. Al mismo tiempo, se destaca la importancia de la ética en la investigación, ya que el respeto hacia los sujetos investigados y su realidad cultural es esencial para no caer en la explotación ni en la distorsión de sus experiencias. Sin embargo, este énfasis en la ética, aunque valioso, podría implicar desafíos prácticos en el terreno de la investigación, especialmente cuando los actores sociales no están completamente dispuestos o preparados para compartir sus experiencias de manera abierta, o cuando sus perspectivas entran en conflicto con las expectativas académicas o políticas del sistema educativo.
La noción de la IAPC como un proceso creativo y transformador es otro aspecto que se resalta en el artículo.
Mora Mora sostiene que la investigación no debe ser un proceso frío y técnico, sino una oportunidad para la creación conjunta de conocimientos, en la que las narrativas de los actores sociales cobran protagonismo. Aquí, la investigación se convierte en una forma de arte, donde las experiencias de vida se convierten en el fundamento de una nueva comprensión de la realidad educativa. Este enfoque es atractivo porque le da valor a las experiencias locales y cotidianas, lo que permite una personalización y contextualización del currículo. Sin embargo, aunque esta visión es poderosa, también puede ser difícil de implementar en contextos educativos donde los sistemas curriculares son rígidos y estandarizados, o en instituciones que no están preparadas para aceptar la flexibilidad que la IAPC exige.
La IAPC propone un currículo contextualizado y pertinente, pero también requiere de un cambio en la forma en que se conciben los contenidos, los métodos de enseñanza y los objetivos educativos, lo cual puede generar resistencias.
Por otro lado, la crítica a las metodologías tradicionales y a los enfoques instrumentalistas del currículo, como los establecidos por el MEN o el Icfes, es otro de los elementos que Mora Mora aborda de manera contundente. El autor destaca la necesidad de liberarse de las limitaciones impuestas por estas estructuras, que a menudo subordinan las realidades sociales y culturales de los estudiantes a criterios estandarizados y descontextualizados.
Este planteamiento es altamente pertinente en un contexto educativo en el que los sistemas de evaluación y los enfoques pedagógicos tienden a homogeneizar las experiencias de aprendizaje, sin tener en cuenta la diversidad de los estudiantes y sus contextos. Sin embargo, esta crítica puede parecer idealista en algunos escenarios, especialmente en instituciones donde las políticas educativas son estrictas y no permiten margen para la innovación pedagógica. La IAPC, aunque poderosa en su potencial de transformación, requiere un cambio profundo en la visión educativa institucional, que no siempre es fácil de implementar.
Para concluir, el planteamiento de Mora Mora sobre la IAPC ofrece una reflexión crítica y profunda sobre la relación entre investigación, currículo y transformación social.
Al proponer una metodología que valora la interacción empática entre el investigador y los actores sociales, Mora Mora hace énfasis en la importancia de construir un currículo que sea verdaderamente contextualizado, inclusivo y transformador. Sin embargo, la aplicación práctica de la IAPC en entornos educativos tradicionales puede presentar obstáculos significativos, desde la resistencia a abandonar enfoques estandarizados hasta la dificultad de integrar estas metodologías en los currículos formales. A pesar de estos desafíos, la IAPC se presenta como una metodología valiosa para enriquecer la investigación educativa y promover una educación más democrática, culturalmente pertinente y transformadora. Este texto hace parte de los Talleres de Lectura y Escritura en Procesos Curriculares programados en la Licenciatura en Ciencias Sociales de la Universidad del Atlántico (II-2024).