Un grupo de migrantes beneficiarios del Estatus de Protección Temporal (TPS) ha comenzado una huelga de hambre en la capital estadounidense para exigir al presidente Joe Biden que extienda este programa antes de que Donald Trump, quien asumirá nuevamente la presidencia en enero, implemente su prometida política de deportaciones masivas.
La protesta, organizada por la Alianza Nacional TPS, busca que Biden otorgue una prórroga de 18 meses al TPS. Este programa ha permitido a millones de personas provenientes de países en crisis residir legalmente en Estados Unidos, pero ahora se encuentra en riesgo debido a las políticas anunciadas por la próxima administración republicana.
Entre los manifestantes se encuentran Donis Hernández, originario de El Salvador, y Neida Mejía, de Honduras, quienes llevan décadas viviendo en el país. Hernández expresó su preocupación por la posibilidad de que su familia sea separada. «El miedo más grande es que nos dividan. Llevo más de 20 años aquí, y no quiero que mi familia sufra esa incertidumbre», declaró.
Mejía, por su parte, teme no volver a ver a sus nietos si es deportada. «Ellos nacieron aquí y tienen derecho a quedarse, pero nosotros no sabemos qué nos espera», dijo visiblemente emocionada.
La huelga se enmarca en una semana de acciones contra las deportaciones, coincidiendo con el Día Internacional del Migrante, celebrado el 18 de diciembre. José Palma, coordinador de la Alianza Nacional TPS, destacó que esta iniciativa busca presionar a Biden para que tome medidas inmediatas. «La huelga de hambre es un llamado urgente a proteger a miles de familias antes de Navidad», afirmó.
Esta movilización recuerda las acciones llevadas a cabo durante el primer mandato de Trump, cuando la lucha de los beneficiarios del TPS logró preservar el programa. Sin embargo, la incertidumbre sobre su futuro sigue siendo una realidad para miles de migrantes en el país.