
El paso por Centroamérica y México se llena de peligros mientras los migrantes intentan cruzar antes del endurecimiento de las políticas migratorias en EE. UU. a partir del 20 de enero.
Por: Redacción Web.
Diario La Libertad.
El 18 de diciembre, Día Internacional del Migrante, nos invita a reflexionar sobre las historias de miles de personas que dejan atrás sus hogares en busca de un futuro mejor. Según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), alrededor del 3,6% de la población mundial, es decir, unos 281 millones de personas, viven fuera de su país de origen, a menudo debido a conflictos, crisis económicas o el deseo de una vida más estable.
Este año, el Día Internacional del Migrante coincide con una creciente urgencia en las rutas migratorias hacia Estados Unidos, debido al temor de lo que pueda ocurrir después del 20 de enero, fecha en que Donald Trump asumirá la presidencia de ese país nuevamente, con un enfoque aún más restrictivo hacia los migrantes.
Henry Rodríguez, coordinador de Médicos Sin Fronteras (MSF) en México, describió en una entrevista radial, la compleja situación que enfrentan las personas en su paso por México. Durante una entrevista con Radio Red de RCN Radio, comentó sobre el aumento de migrantes en Tapachula, una ciudad fronteriza clave en el sur de México: “Aquí en Tapachula estamos viendo una acumulación de personas y la formación de caravanas casi semanalmente, un fenómeno que no habíamos visto con tanta frecuencia en otros años”.
Según Rodríguez, los migrantes que intentan cruzar la frontera sur de México se enfrentan a riesgos enormes. “El negocio del tráfico de personas es tan rentable, o incluso más, que el narcotráfico”, explicó. Con más de 1.200.000 migrantes cruzando la región este año, la situación se vuelve aún más grave, con grupos criminales que aprovechan la desesperación de los migrantes para extorsionarlos, secuestrarlos y explotarlos laboralmente.
El camino a través de Centroamérica y México está lleno de peligros. Los migrantes son víctimas de múltiples abusos: desde violencia sexual hasta trabajo forzado y reclutamiento para organizaciones criminales. El trayecto no solo pone a prueba su resistencia física, sino también emocional, ya que deben atravesar zonas tan peligrosas como la selva del Darién, un paso infame por su altísimo nivel de riesgo.
La presión política en Estados Unidos también está acelerando el flujo migratorio. Con la proximidad de la posesión de Trump el próximo 20 de enero, muchos migrantes están apurándose a cruzar la frontera antes de que se implementen las nuevas medidas restrictivas, temiendo que las barreras de acceso sean aún más estrictas. “Ha sido complicado, pero Trump va a poner mayores cosas, mayores barreras”, señaló Rodríguez, destacando cómo la incertidumbre sobre las políticas migratorias está influyendo directamente en el número de personas que intentan cruzar rápidamente.
El impacto de esta emergencia humanitaria es cada vez más visible. La OIM reporta que, en 2023, más de 8.500 migrantes perdieron la vida o desaparecieron en su intento de llegar a su destino. Las causas de la migración siguen siendo diversas, desde guerras y conflictos armados, pasando por desastres climáticos hasta la búsqueda de una vida económica mejor, pero el peligro y la vulnerabilidad que enfrentan a lo largo del camino son constantes.
La situación migratoria actual revela una realidad desgarradora. Los migrantes, atrapados entre la desesperación y los obstáculos políticos, se ven forzados a arriesgar sus vidas en un trayecto lleno de peligros. A medida que Donald Trump se prepara para asumir nuevamente la presidencia, la incertidumbre sobre las nuevas políticas migratorias parece estar empujando a más personas a tomar riesgos, lo que podría intensificar aún más la crisis humanitaria en curso.
Es esencial que la comunidad internacional y los gobiernos de los países involucrados encuentren formas de proteger a los migrantes, ofreciendo soluciones que no solo combatan las causas de la migración, sino también garanticen su seguridad y dignidad en cada paso de su viaje. El endurecimiento de políticas solo perpetuará la explotación y sufrimiento, mientras que un enfoque más humano podría transformar la crisis en una oportunidad de cambio y cooperación internacional.
Y.A.