Las alarmas en nuestra región Caribe continúan encendidas como consecuencia de los permanentes incrementos en las tarifas de la energía eléctrica.
Los costos que se incrementan cada día son motivo de preocupación para los usuarios de los departamentos de nuestra Costa, en donde se sufre por esta circunstancia desde tiempos inmemoriales.
Es una realidad que las tarifas de energía en nuestra región se han convertido en un verdadero dolor de cabeza para los costeños, quienes aseguran estar golpeados por el aumento cada vez más excesivo del servicio y la calidad del mismo.
Cuando esto ocurre en el Caribe colombiano, la E.P.M- Empresas Públicas de Medellín, procedió a congelar sus tarifas para favorecer a varios millones de usuarios en el departamento de Antioquia, una iniciativa que igualmente impactará positivamente entre las empresas, porque reducirán los costos de su funcionamiento, un efecto que automáticamente repercute positivamente en los precios de los componentes de la canasta familiar y de otros productos que se producen en Medellín y Antioquia, constituyéndose en un fenómeno que termina beneficiando a los “paisas”.
La otra cara de la moneda es lo que ocurre en Barranquilla, Cartagena, Santa Marta, Valledupar, Riohacha, Sincelejo y Montería, ciudades en donde no se vislumbra solución alguna a tan álgido problema, derivado de los altos costos de la energía eléctrica, los que se incrementan escandalosamente sin ninguna contemplación, un aspecto que merece la atención inmediata de las autoridades competentes, a las que le corresponde la urgente intervención para así ponerle freno a este descarado incremento permanente de las tarifas en nuestra región Caribe.
Los aumentos tarifarios que se siguen presentando en el sector energético para los costeños, nos conducen a que urgentemente se establezcan medidas para revertir esta tendencia y así proteger a los usuarios residenciales, quienes son los más vulnerables a los altos costos de la energía en el norte de Colombia.
No se justifica el resultado del último estudio realizado por el Dane, el que concluyó que mientras la variación del servicio de electricidad a nivel nacional se mantiene, en nuestra región el incremento continúa, lo cual se constituye en una gran realidad que los usuarios perciben en el día a día.
Una circunstancia que los ha llevado incluso a permanecer a oscuras o a padecer en sus labores cotidianas, porque en muchos casos en nuestra región se continúa pagando más en luz que en arriendo, lo cual corrobora algo que se ha hecho popular en el sentido de que las tarifas de energía se han convertido en el peor dolor de cabeza de los costeños, quienes aseguran estar golpeados por el aumento cada vez más excesivo del servicio y la calidad del mismo.
Es evidente que el aumento permanente de las tarifas de energía en nuestra región golpea a todos los departamentos, donde sus usuarios denuncian que hay familias que se han visto en la necesidad de disminuir su alimentación para poder pagar los recibos de luz.
En el caso de los comerciantes y microempresarios, se presenta el caso que la tarifa de energía resulta más costosa que el canon de arrendamiento del local comercial.
Por todo lo anteriormente expuesto es inminente la intervención de las autoridades competentes de nuestra región Caribe, para que se inicie la búsqueda de la solución definitiva a este álgido problema que sempiternamente se ha convertido en un verdadero inconveniente, patentizado en las tarifas de energía más caras de Colombia.