El estado de la vía Manatí – Sabanalarga, una de las principales arterias viales del departamento del Atlántico, ha llegado a un nivel de deterioro insostenible.
Por David Awad V.
En las últimas horas, la ambulancia del hospital de Manatí sufrió un accidente cuando el conductor, intentando esquivar los enormes huecos, perdió el control y se salió de la vía. Este no es más que uno de los tantos siniestros viales registrados en este sector del Atlántico, el cual se suma a una larga lista de accidentes en esta misma ruta, que en las últimas semanas ha cobrado vidas y dejado a más de uno al borde de la tragedia.

Tan solo el día anterior, otra ambulancia, esta vez en el trayecto Sabanalarga-Manatí, chocó contra una pared y un árbol en las cercanías de «Asogama», una empresa ganadera de la región. No es la primera vez que algo así ocurre.
Hace apenas dos días, Yair Zamora Ariza, un hombre de 30 años, perdió la vida en un accidente de tránsito en la misma vía. La situación es alarmante y la pregunta que surge con fuerza es:
¿Por qué las autoridades no actúan?
¿Por qué la Gobernación del Atlántico sigue ignorando el clamor de la comunidad?
El abogado constitucionalista Porfirio Castillo, quien ha sido una de las voces más críticas sobre este tema, ha denunciado en varias ocasiones el altísimo riesgo al que están expuestos los conductores y peatones que transitan por esta peligrosa carretera. “El riesgo es grandísimo, lo hemos hecho saber a las autoridades locales. Los alcaldes tienen responsabilidades, autonomía y competencias para hacer algo”, afirmó Castillo, dejando claro que no hay excusa para la inacción.
A lo largo de los últimos meses, los ciudadanos de esta región han alzado su voz en protesta, realizando bloqueos de vías y exigiendo una solución a este grave problema. En octubre, el corregimiento de Cascajal, en Sabanalarga, protagonizó un paro que paralizó las principales rutas de la zona, entre ellas la vía Cascajal – Sabanalarga, Martillo – Cascajal, y Puerto Giraldo – Sabanalarga. Los habitantes de estas áreas están hartos de las promesas vacías y la indiferencia por parte de las autoridades locales y departamentales.


El gobernador del Atlántico parece estar sumido en un profundo letargo, completamente ajeno a la gravedad de la situación.
La comunidad está desesperada, ya que no solo se trata de un problema de infraestructura, sino de vidas humanas en juego.
Los niños que se trasladan a las escuelas en Sabanalarga están en constante peligro, expuestos a accidentes mortales por la negligencia de aquellos que tienen la responsabilidad de velar por su bienestar.
Aquí imágenes de la protesta del mes de octubre la comunidad hizo un paro en el Corregimiento de Cascajal, debido a que las vías, sin embargo, el gobernador del Atlántico, Eduardo Verano de la Rosa se mantiene en modo «Shakira», ciego, sordo y mudo.


El silencio y la pasividad del gobernador frente a este asunto son inaceptables. Mientras tanto, los ciudadanos siguen soportando las consecuencias de la desidia gubernamental.
Este no es un problema que pueda esperar más. Es hora de que la Gobernación del Atlántico y la Alcaldía de Sabanalarga asuman su responsabilidad y actúen de manera urgente para mejorar el estado de las vías.
El mal estado de la vía Manatí – Sabanalarga. En las últimas horas la ambulancia del hospital de Manatí se salió de la vía en momentos que el conductor esquivaba huecos.@hjimenez56, @pcastillozamora, @RadioyaB, @JNeiraN, @LuzMarinaEsper1 pic.twitter.com/I7eAJZ3C0G
— Nando J Lozano (@hernandolozano) December 10, 2024
Los accidentes no deben seguir siendo una constante en la vida de las personas que habitan esta región.