Saida María: una historia de transformación y esperanza en el corregimiento San Juan de Palos Prietos, Magdalena

Saida María Romero Cáceres siempre ha vivido en San Juan de Palos Prietos, corregimiento del municipio de Pueblo Viejo, cuyo acceso es por la vía de Tucurinca luego del corregimiento de soplador y la montaña, cerca de horas de la ciudad de Santa Marta; un lugar donde las oportunidades tardan en llegar y las dificultades parecen eternas. Sin embargo, su historia dio un giro inesperado cuando el programa Unidades Productivas de Autoconsumo, liderado por Prosperidad Social, llegó a su comunidad.


Con una sonrisa agradecida y la mirada firme, Saida relata cómo esta iniciativa ha cambiado la vida de su familia: «Este programa ha sido una bendición. Nos ha enseñado a aprovechar lo que tenemos, a hacer cultivos en nuestros patios, y a adoptar una alimentación sana. Ahora puedo decir que tenemos más que comida; tenemos esperanza.»


El proyecto, que busca garantizar la seguridad alimentaria en comunidades rurales del Magdalena, le brindó a Saida y a su familia herramientas que van más allá de los insumos físicos. Recibieron cinco ovejas, semillas forrajeras, árboles frutales y capacitación en hábitos saludables, elementos que hoy transforman su día a día.


Para Saida, los conocimientos adquiridos son tan valiosos como los insumos: «Nunca imaginé que aprender a cultivar mis propios alimentos me daría tanta tranquilidad. Ahora sabemos que podemos depender de nosotros mismos. Este programa nos ha enseñado a trabajar juntos como familia y comunidad.»


El director de Prosperidad Social, Gustavo Bolívar, quien lideró la entrega de insumos en este corregimiento de Puebloviejo, destacó el impacto de iniciativas como esta: «Las Unidades Productivas de Autoconsumo no solo fortalecen la seguridad alimentaria, son un puente hacia la autonomía y la dignidad de las familias. Este proyecto es un ejemplo de cómo llegamos a los rincones olvidados del país».