El Atlántico atraviesa una de las situaciones fiscales más críticas en su historia reciente, marcada por un déficit presupuestal que se ha quintuplicado en la última década y una deuda que sobrepasa niveles sostenibles.
Según análisis presentados por Fundesarrollo durante su reciente jornada de puertas abiertas, el departamento requiere acciones estructurales urgentes para frenar el deterioro financiero y garantizar la sostenibilidad económica a largo plazo.
Déficit y crecimiento de la deuda: Radiografía de una crisis fiscal
El periodo entre 2010 y 2023 muestra una brecha creciente entre los ingresos y los gastos del Atlántico. Mientras los ingresos crecieron en promedio un 3,7% anual, los gastos lo hicieron a un ritmo del 5,3%, lo que provocó déficits recurrentes desde 2013. Este problema se intensificó en 2016, cuando el déficit era de 48 mil millones de pesos, disparándose a 236 mil millones en 2023, lo que representa un aumento de casi cinco veces.
Simultáneamente, la deuda acumulada del Atlántico pasó de 189,7 mil millones de pesos en 2011 a 754 mil millones en 2023, incrementándose en 564,2 mil millones. Según Fundesarrollo, este aumento responde a un cambio en la estructura presupuestaria hacia una mayor inversión social, pero también revela el creciente costo del servicio de la deuda. «La transformación del presupuesto, si bien está orientada a lo social, ha puesto al Atlántico por encima de sus capacidades de generación de ingresos, dejando al departamento en una posición fiscal crítica», destacaron los investigadores.
Proyecciones y desafíos a futuro
El panorama a mediano plazo presenta proyecciones contrastantes. Según el Marco Fiscal de Mediano Plazo (MFMP), se espera un superávit de 685 mil millones de pesos para 2033, gracias a ingresos 18,5% mayores y gastos 35% menores. Sin embargo, el enfoque de Fundesarrollo es más conservador y alerta sobre un posible déficit de 463 mil millones para ese mismo año si no se toman medidas correctivas. Estas discrepancias en los cálculos subrayan la necesidad de un análisis más realista de las finanzas departamentales.
Recomendaciones para un cambio estructural
Ante esta situación, Fundesarrollo recomienda diversificar las fuentes de ingresos mediante una mejor recaudación tributaria y el impulso a sectores como el comercio, la industria y el turismo. Además, sugiere priorizar inversiones en infraestructura y servicios esenciales para generar beneficios económicos sostenibles. Respecto a la deuda, es crucial evaluar condiciones de contratación y explorar alternativas de refinanciamiento que alivien la presión de los intereses.
¿Hacia dónde va el Atlántico?
El caso del Atlántico ilustra un dilema recurrente en los gobiernos regionales: cómo equilibrar la inversión social con la sostenibilidad fiscal. Si bien los esfuerzos por dignificar la vida de los atlanticenses son loables, las cifras reflejan un mal manejo estructural.
La falta de políticas realistas y sostenibles podría poner en peligro los avances logrados en sectores como educación, salud y agua potable. Para evitar que esta crisis fiscal limite el progreso social, es imprescindible actuar ahora, antes de que el deterioro financiero sea irreversible.
Y.A.