El huracán Iota dejó destrucción, el gobierno sumó frustración.
Por: Redacción Web.
Diario La Libertad.
Tras la devastación causada por el huracán Iota en noviembre de 2020, el gobierno colombiano prometió reconstruir el 98% de la infraestructura de Providencia en 100 días. A casi cuatro años del desastre, las promesas iniciales se hundieron en un océano de sobrecostos, malas decisiones y la desconexión con las comunidades raizales.
El plan anunciado por el gobierno de Iván Duque incluía la entrega de 1.134 viviendas resistentes a futuros desastres. No obstante, informes recientes revelan que muchas de estas casas presentan fallas graves: ventanas inadecuadas, sistemas de saneamiento básico incompletos y materiales de baja calidad. «El gobierno incumplió con los acuerdos, lo que llevó a que se entregaran casas incompletas, sin cisternas, con graves defectos de saneamiento básico e incapaces de proteger a sus habitantes ante un nuevo huracán», señaló la Corte Constitucional en una contundente sentencia.

La comunidad raizal también denuncia la imposición de proyectos, como la construcción de una estación de guardacostas, sin el debido proceso de consulta previa, violando sus derechos fundamentales. Este acto no solo desatendió las necesidades de los habitantes, sino que priorizó intereses estratégicos del Estado sobre la reconstrucción de hospitales, escuelas y viviendas.
Sobrecostos y hallazgos fiscales
La Contraloría General identificó sobrecostos millonarios en los contratos adjudicados para la reconstrucción. En algunos casos, los costos por transporte y logística se duplicaron sin justificación. Además, los materiales utilizados, lejos de ser resistentes a las condiciones climáticas de la región, comenzaron a deteriorarse rápidamente.
Por otro lado, la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD) fue señalada por su débil planeación, lo que derivó en retrasos y resultados insatisfactorios. Los habitantes denuncian que muchas viviendas entregadas no están conectadas a redes de tratamiento de aguas residuales, lo que complica aún más su calidad de vida.

La lucha de Providencia
Las comunidades de Providencia siguen exigiendo respuestas. A través de acciones legales y movilizaciones, buscan visibilizar las fallas estructurales en el manejo de la reconstrucción. «El proceso de reconstrucción integral de la isla no ha terminado y está lejos de estarlo», concluyó la Corte Constitucional, ordenando al gobierno actual corregir los errores de la administración anterior y priorizar la inclusión de los raizales en las decisiones.
Aquí se detalla una cronología de eventos y la controversia que rodea este proceso:
Cronología de la reconstrucción
- Noviembre 2020: El huracán Iota destruye el 98% de las infraestructuras de Providencia. El Gobierno Duque promete la reconstrucción total en 100 días, un plazo que pronto demostraría ser irreal.
- 2021: Se inicia la construcción de viviendas y obras de infraestructura bajo la supervisión del Fondo Nacional de Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD). Sin embargo, la Contraloría advierte sobre problemas de planeación y adiciones presupuestarias injustificadas, que superan el 50% en algunos contratos.
- 2022-2023: Persisten las quejas de los habitantes sobre viviendas mal construidas, falta de saneamiento básico y desconexión de los sistemas de agua potable. A esto se suma la falta de consulta previa a la comunidad raizal, violando derechos fundamentales.
- 2024: La Corte Constitucional critica severamente los avances y ordena acciones urgentes para corregir errores, como garantizar el acceso al agua potable y a servicios básicos. Entretanto, informes de la Contraloría revelan hallazgos fiscales por más de 2.000 millones de pesos y deficiencias en la calidad de los materiales utilizados en las viviendas.
Con este panorama sobre la mesa, cabe señalar que la reconstrucción de Providencia se ha convertido en un símbolo de promesas rotas y gestión ineficiente. Aunque el nuevo gobierno promete corregir los errores, la comunidad de Providencia aún espera que las autoridades cumplan con lo más básico: devolverles una vida digna en una isla que ha sido su hogar por generaciones.
Y.A.