El magistrado deja su cargo en medio de investigaciones contra la campaña de Gustavo Petro y denuncias en su contra.
Por: Redacción Web.
Diario La Libertad.
La renuncia de César Lorduy, presidente del Consejo Nacional Electoral (CNE), ha generado un terremoto político en Colombia. En una carta enviada este lunes 2 de diciembre al presidente del Congreso, Efraín Cepeda, Lorduy presentó su dimisión irrevocable, cerrando así su gestión como cabeza del tribunal electoral. “Presento ante usted como presidente del Congreso en pleno renuncia irrevocable al cargo que hoy ocupo como magistrado del Consejo Nacional Electoral. Agradezco el inmenso honor que me otorgaron 254 congresistas que me eligieron el día 30 de agosto del 2022, y ante los cuales juré cumplir con la constitución y la ley. A todos y cada uno de ellos, mi gratitud eterna”, expresó el magistrado en su misiva, radicada a las 5:10 de la tarde en la presidencia del Senado.
La salida de Lorduy se produce en un contexto complicado para el CNE, que actualmente adelanta una investigación de alto perfil contra la campaña presidencial de Gustavo Petro por presunta financiación irregular. Este caso ha generado intensos debates sobre las facultades del tribunal electoral para investigar a un jefe de Estado en ejercicio, y ha puesto en el centro de la discusión política y jurídica el alcance de la institucionalidad.
Una renuncia enmarcada en polémicas personales y políticas

El ahora expresidente del CNE también enfrentaba señalamientos por presunto acoso sexual realizados por una congresista. Estas acusaciones llevaron al presidente Gustavo Petro a solicitar públicamente su renuncia el pasado 13 de octubre. “El señor César Lorduy debería renunciar inmediatamente”, afirmó Petro en ese momento, instando además a Cambio Radical, partido al que pertenece Lorduy, a tomar medidas al respecto.
El jefe de esta colectividad, Germán Vargas Lleras, respondió anunciando una investigación interna: “El partido no comparte lo del señor César Lorduy y ya ha abierto un proceso disciplinario”, declaró Vargas Lleras, marcando distancia con el magistrado.
Aunque en su carta de renuncia Lorduy no ofrece detalles sobre los motivos que lo llevaron a tomar esta decisión, fuentes cercanas indican que podría estar relacionado con su intención de postularse al Senado en las elecciones de 2026. Según rumores, el exrepresentante a la Cámara buscaba evitar posibles inhabilidades legales renunciando en diciembre de 2024. Sin embargo, en entrevistas anteriores a medio de comunicación nacional, Lorduy negó estas especulaciones.
El futuro del CNE y las investigaciones contra Petro
Con la renuncia de Lorduy, el tribunal electoral enfrenta ahora el reto de definir quién asumirá su presidencia en un momento crítico. El CNE, compuesto por representantes de las principales fuerzas políticas, deberá decidir si existen méritos suficientes para remitir la investigación contra la campaña de Petro a la Comisión de Acusaciones de la Cámara de Representantes o, por el contrario, archivarla.
Lorduy ya había defendido la independencia del CNE en el pasado, señalando que el tribunal no tiene la potestad para destituir al presidente. “EL CNE no tiene competencia alguna para destituir al Presidente. Es importante reiterar que los magistrados del CNE respetamos la institucionalidad de la Presidencia. No tenemos ningún elemento para considerar nada distinto al respeto que esa institución merece”, declaró en su momento.
Un sistema político en constante tensión
La renuncia de Lorduy no solo refleja tensiones personales y políticas, sino también las complejidades del sistema electoral colombiano. Las investigaciones contra la campaña de Gustavo Petro ponen a prueba las capacidades del CNE y la autonomía de las instituciones frente al poder presidencial. Asimismo, el caso Lorduy expone cómo los conflictos éticos individuales pueden repercutir en la credibilidad de los órganos estatales.
Con un panorama político tan polarizado, será crucial que el próximo presidente del CNE demuestre un compromiso firme con la transparencia y la independencia. En un país donde la confianza en las instituciones sigue siendo frágil, cada decisión que tome el tribunal marcará la percepción pública sobre su imparcialidad.
Y.A.