[EDITORIAL] Alta accidentalidad

Foto: referencia.

En LA LIBERTAD siempre hemos clamado porque los conductores de Barranquilla y el Atlántico llámense taxistas, choferes de buses, de camiones, volquetas, mototaxis y de vehículos particulares, respeten las señales de tránsito establecidas a escala nacional para evitar la ocurrencia de frecuentes accidentes tanto en los sectores urbanos como en las carreteras, tal como ha ocurrido en los últimos días con un abultado saldo de personas que han perdido la vida a pesar de que las autoridades competentes se han interesado en encontrar los mecanismos jurídicos indispensables con el fin de hacer efectivas las merecidas sanciones contempladas en la normatividad que rige la materia. 

En el caso concreto del transporte intermunicipal e interdepartamental de pasajeros se ha tratado de evitar la ocurrencia de permanentes percances de tránsito, partiendo de la premisa de que el exceso de velocidad en las carreteras es una de las principales causas de accidentalidad, imponiendo la obligatoriedad de la instalación de un sistema que controle la velocidad máxima en que deben circular los buses en todas las rutas de Colombia.

Se puede decir que en este aspecto la situación ha mejorado ostensiblemente, ya que de acuerdo a las últimas estadísticas dadas a conocer recientemente por la Policía de Carreteras a nivel nacional, los accidentes de tránsito en los que aparecen como protagonistas autobuses de las distintas empresas transportadoras existentes en nuestro país, se han disminuido en un alto porcentaje, salvo los percances causados por el mal estado de las carreteras, lo que nos hace suponer que los mecanismos implementados alrededor de este tópico han resultado positivos.

En donde la situación no ha tenido mayores modificaciones es en los grandes centros urbanos como Barranquilla, porque aquí el respeto a las señales de tránsito es algo que no merece la menor importancia, a juzgar por el exagerado número de accidentes con saldo de lesionados y fallecidos.

A raíz de este problema –cada día peor– las autoridades distritales exigen que los choferes barranquilleros sean más cautelosos en el cumplimiento de las normas contenidas en el Código Nacional de Tránsito y Transporte porque ahora tienen muchos “ojos electrónicos” vigilándolos cuando se movilicen por las calles de la ciudad y carreteras del Atlántico.

El programa denominado ‘Foto multas’  implementado con el propósito de controlar el exceso de velocidad, disminuir los altos índices de accidentalidad y por consiguiente un mejoramiento de la movilidad ciudadana, protuberantemente comprometida en los últimos meses en esta capital.

Las autoridades de tránsito son conscientes de la urgente necesidad de recurrir a mecanismos de esta naturaleza en vista de la poca cultura que en este sentido se ha observado entre algunos conductores.

Hay que reconocer que la instalación de estos radares –contra los infractores– beneficia la aplicación de un mejor control en todo el perímetro urbano de Barranquilla, pues los reguladores que hoy en día prestan sus servicios en los lugares de mayor tráfico vehicular se trasladarían a otras zonas de la Puerta de Oro de Colombia en donde actualmente se requieren con urgencia.

Ya era hora que se acelerara la búsqueda de una solución definitiva a este problema del cual habla toda la ciudadanía. Indiscutiblemente las ‘Foto multas’ se constituyen en un método muy eficaz para castigar a los infractores.