La renuncia llega después de que se revelaran detalles sobre un fraude cometido por Haigh en 2013, cuando trabajaba en Aviva, y que involucraba una falsa denuncia de robo de su teléfono de trabajo.
La ministra de Transporte del Reino Unido, Louise Haigh, presentó su renuncia luego de que se conociera que se había declarado culpable de fraude por tergiversar un incidente ocurrido en 2013. En su carta de renuncia, Haigh expresó que su situación «inevitablemente será una distracción para cumplir con el trabajo de este gobierno», por lo que decidió dar un paso al costado. Este incidente, ocurrido antes de su entrada a la política, involucró una falsa denuncia de robo de su teléfono móvil mientras trabajaba para la aseguradora Aviva.
La política británica había admitido que, tras haber informado a la policía sobre un robo, más tarde encontró el dispositivo en su casa sin haber notificado a su empleador ni a las autoridades. Aunque Haigh fue condenada a una descarga condicional por parte de los magistrados, el caso resurgió cuando ella ocupaba el cargo de ministra de Transporte. Su renuncia fue considerada una medida necesaria para evitar que este asunto afectara las funciones del gobierno, pese a que Haigh recibió el respaldo de su líder, Keir Starmer, quien agradeció su contribución a la política del transporte británico.
En sus años en la política, Haigh desempeñó un papel clave en los esfuerzos por recuperar el sistema ferroviario del Reino Unido bajo control público. Su trabajo en Great British Railways y las inversiones en el transporte público fueron algunos de sus logros más destacados. Sin embargo, la revelación de su historial legal pone en duda su permanencia en el gabinete, a pesar de su potencial futuro dentro del partido.
Y.A.
