Por: Carlos A. Paternina Pertuz
El docente Reynaldo Mora Mora, en su Tribuna pedagógica semanal No. 1095 publicada el pasado 12 de noviembre en el Diario La Libertad, sección generales, señala que un currículo realmente efectivo debe ser sensible a las características socioculturales, económicas y políticas del entorno donde se implementa. Este planteamiento, aunque no es nuevo sigue siendo relevante, especialmente en un país como Colombia, caracterizado por su diversidad y desigualdad. Una educación homogénea y estandarizada, como bien se reconoce, incurre en la exclusión y vulnera las identidades locales.
Por ende, desde una perspectiva pedagógica, esta idea resalta la importancia de una enseñanza que no solo respete las diferencias, sino que también las integre como una herramienta para enriquecer los procesos de enseñanza – aprendizaje propios del campo de la educación.
En este sentido, la columna tiene razón al decir que los profesores no deben ser actores de un currículo estandarizado, sino que deben ser mediadores críticos y transformadores. Sin embargo, el texto podría haberse beneficiado de ejemplos concretos de currículos contextualizados implementados con éxito, eso habría complementado esta afirmación, ya que la habría fortalecido y hecho que las ideas fueran más aplicables. Por ejemplo, se pueden mencionar casos de comunidades rurales que han logrado hacer que los currículos se hayan adaptado a sus realidades culturales y económicas, por ejemplo, como sucede con la llamada educación rural y campesina.
Por otro lado, considero que la discusión sobre la contextualización curricular debe ir acompañada de un análisis de los recursos que disponen los docentes, pues en contextos donde los recursos son limitados, como pasa con muchas zonas rurales de Colombia, sobre todo las más apartadas de los núcleos urbanos, la contextualización del currículo puede convertirse en un desafío significativo. Por ello, resulta necesario un apoyo institucional más sólido que permita a los educadores desarrollar estrategias efectivas y sostenibles en el tiempo.
El reto de la pertinencia en el currículo
Un punto a resaltar de la columna es su énfasis en la pertinencia, concepto que en este contexto se traduce como la habilidad que tiene el currículo de identificar y resolver problemas en nuestra sociedad. Idea que tiene un vínculo directo con la educación de ciudadanos críticos y comprometidos, una de las metas esenciales de los estudios sociales. No obstante, el texto pasa por alto examinar minuciosamente los retos prácticos a los que se enfrentan los profesores al tratar de elaborar un currículo apropiado en situaciones caracterizadas por la escasez de recursos, el exceso de trabajo y las presiones administrativas. En este punto también, se podía hacer énfasis en la llamada educación popular, que es la que propende por despertar el sentido critico y el conocimiento de sus realidades por parte de los estudiantes.
Desde esta perspectiva, resulta crucial que el debate sobre la pertinencia curricular trascienda del plano teórico y se vincule con políticas públicas que respalden a los educadores en su labor. Además, el autor podría haber considerado, entre otras cosas, cómo las tecnologías emergentes pueden integrarse en la construcción de un currículo pertinente y accesible para todos los estudiantes. Por ejemplo, el uso de plataformas digitales puede ser una herramienta clave para adaptar los contenidos a diferentes contextos, siempre y cuando se garantice el acceso equitativo a estas tecnologías.
Otro desafío relacionado con la pertinencia curricular es la necesidad de articular los contenidos académicos con el entorno laboral y las demandas del mercado. Aunque este aspecto no siempre se aborda en profundidad, es fundamental para garantizar que los estudiantes puedan aplicar lo aprendido en situaciones reales y relevantes para sus comunidades.
Una reflexión crítica desde las ciencias sociales
Para los estudiantes y docentes de ciencias sociales, la propuesta de un currículo contextualizado y pertinente plantea preguntas fundamentales sobre el papel de la educación en la transformación social. Si bien el autor menciona la importancia de atender a las realidades locales, no aborda de manera explícita cómo integrar las voces de las comunidades en la construcción curricular. Creo que este aspecto es crucial, pues la participación activa de los actores sociales es clave para garantizar que el currículo sea verdaderamente representativo y transformador.
Asimismo, el enfoque crítico del autor podría complementarse con un análisis de las dinámicas de poder que influyen en las decisiones curriculares. ¿Quién define qué es pertinente en un currículo? ¿Cómo se puede garantizar que estas decisiones no reproduzcan inequidades existentes? Estas son cuestiones que los futuros licenciados en ciencias sociales deben considerar al diseñar y evaluar propuestas educativas.
Además, en el campo de las ciencias sociales, es fundamental cuestionar cómo el currículo puede ser una herramienta para abordar conflictos históricos y promover el diálogo intercultural. En un país como Colombia, con una larga historia de conflicto armado, la educación puede desempeñar un papel clave en la construcción de la paz y la reconciliación. Sin embargo, para lograr este objetivo, el currículo debe incluir narrativas diversas que reflejen las experiencias de todas las comunidades.
La columna “El currículo contextualizado y pertinente” de Mora Mora, ofrece una reflexión valiosa y oportuna sobre la necesidad de repensar los enfoques curriculares en contextos diversos como el colombiano. Sin embargo, su impacto podría potenciarse mediante la inclusión de ejemplos concretos, análisis de los desafíos prácticos y un mayor énfasis en la participación comunitaria.
Finalmente, esta discusión genera una reflexión sobre el rol de los educadores como agentes de cambio y sobre la necesidad de implementar políticas públicas que respalden sus esfuerzos. Ahora, solo mediante un enfoque colaborativo entre docentes, estudiantes, comunidades y autoridades educativas será posible construir un sistema educativo que responda a las necesidades y aspiraciones de todos los colombianos, por eso el reto no es menor, y se requiere de un compromiso y un trabajo conjunto. Este ejercicio hace parte de los Talleres de Lectura y Escritura en Procesos Curriculares que se adelantan en la Licenciatura en Ciencias Sociales de la Universidad del Atlántico (II-2024).