Centralismo y desentralización

Por: Orlando Andrade Gallardo

El tema de la descentralización regional es un anhelo que a muchos dirigentes políticos  no los deja tranquilos y desde sus cargos como alcaldes y gobernadores de ciudades y departamentos, presionan al centralismo para que cedan y así contar con mayor autonomía presupuestal. Cada coyuntura la aprovechan para exigir el cambio de modelo administrativo y con la aprobación del incremento del Sistema General de Participación-SGN las regiones, nuevamente, solicitaron su independencia presupuestal. Las comunidades del litoral Caribe colombiano apoyan la iniciativa por sus grandes beneficios, pero más la clase política y sus dirigentes, por contar con mayor autoridad y dinero para gastar, incluidas las mermeladas. La oportunidad que se presentó en la constituyente del 91, cuando se discutía la elección de alcaldes y gobernadores por el voto popular, en ese momento se debatió sus funciones y gastos  administrativos que debía girar el centralismo, correspondiente a los Ingresos Corrientes de la Nación-ICN, pero se quedaron cortos.

En una revista de gran circulación y fuera del mercado literario, el columnista José Castro Borrero, con lujo de detalles escribió que Colombia siempre ha sido un país federalista y  Antonio Nariño en 1830  en su proclama, lareconoció como República Federal. Castro afirmó que en la prehistoria existía el federalismo, los pueblos  indígenas  que ocupaban el territorio, como los Chibchas, Panches, Guanes, Quillacingas, Pijaos, y otros más, jamás pensaron cambiar su modelo de gobierno, lo que prueba que Colombia siempre tuvo vocación federalista. Nariño, posteriormente traicionó los ideales de las organizaciones indígenas, fomentando  el centralismo y dejando sin autonomía a los aborígenes, lo que provocó fuertes enfrentamientos y protestas, que aún permanecen en las conciencias de los indígenas, que reclaman sus derechos de independencia. No debemos ignorar que los países desarrollados como Estados Unidos y algunas de occidente, mantienen el modelo federalista, EE.UU, primero fue  confederación y después federación. ¿Por qué no replicar el modelo? Los gobernantes colombianos generalmente estudian en el exterior y siempre copian muchas cosas, esta  es la que deben replicar. El fenómeno  socioeconómico tiene muchos  hechos  que marcaron la historia política colombiana, partiendo de la prehistoria, colonia,  república y destacamos la reforma constitucional con énfasis en la descentralización de 1858 que no fue promulgada por su contenido progresista,   podría compararse con la actual constitución  australiana, considerada la de mayor profundidad del planeta. De esa época a la actual han pasado muchas décadas y los hechos políticos, económicos y tecnológicos han avanzado vertiginosamente, especialmente en la era de la inteligencia artificial IA, y debemos andar con mayor rapidez. La reforma constitucional del 91 que legisló sobre la elección de alcaldes y gobernadores por el voto popular, fue una oportunidad para incluir la descentralización  de las regiones, pero no hubo consenso para defender la iniciativa. Sin embargo fue  un  gana-gana, por el desorden político- administrativo que se presentaba en los municipios, al ser escogidos los alcaldes a dedo por el gobernador y según su condición partidista. Otro aspecto negativo, que la mayoría de funcionarios  permanecían  en su cargo seis meses máximo, tiempo  insuficiente para ejecutar cualquier obra, algunos no eran del municipio y por influencia de los  caciques eran nombrados,  desconociendo las necesidades de la comunidad.

Para descentralizarse del centralismo, es necesario armar programas realizables, con un discurso político sólido y consecuente para defender las propuestas y que vaya  mucho más allá de los intereses personales y  grupales, se requiere romper la rosca politiquera y burocrática que tiene asfixiados a los municipios y departamentos costeños. Las comunidades que agrupan la Región Caribe por su misma cultura y naturaleza de sol, mar y brisa, mantienen un arraigado sentido de pertenencia, lo que posibilita forjar y estructurar las poblaciones para mejorar la salud, educación y desarrollo económico.  Así mismo  tienen  identificados  a los personajes que pretenden seguir enroscados  en el  poder para gobernar sin ningún control las ciudades y departamentos. Bajo estas premisas, es posible apoyar la descentralización con reglas claras y participación activa  de las organizaciones populares y sindicales.