Por: Roberto Carlos Díaz Salina
El Dr. Reynaldo Mora presenta la Investigación Acción Participación Curricular (IAPC) como un enfoque educativo conectado al contexto socio-cultural y ético de los actores implicados. La IAPC se plantea como una metodología que va más allá del análisis anecdótico, permitiendo explorar la complejidad de las relaciones sociales y educativas con el objetivo de comprender la condición humana. Esta metodología busca construir un Currículo Contextualizado y Pertinente (CCP), que contrasta con las estructuras tecnocráticas y rígidas del currículo oficial, proponiendo en cambio una integración holística de la teoría y la práctica.
Mora posiciona la IAPC como una herramienta esencial para conectar la formación integral de los ciudadanos con su realidad cultural y socioeducativa. Además, critica los modelos educativos tecnocráticos que promueven la estandarización, vinculados a enfoques empresariales que, según Mora, reducen el aprendizaje a un proceso meramente instrumental y carente de reflexión crítica. Resalta la necesidad de que el currículo esté enraizado en el contexto y la cultura local, inspirándose en el pensamiento educativo de Simón Bolívar y en el Paradigma Panlatinoamericano de la Educación y la Formación.
La noción de «currículo contextualizado» tiene una conexión directa con la obra de Paulo Freire, particularmente en Pedagogía del Oprimido, donde Freire afirma que el aprendizaje debe tener un contexto significativo para los educandos (Freire, 1970, p. 75). La IAPC, al involucrar a los actores sociales en su propia educación, extiende la idea freireana de la concientización, en la cual el aprendizaje se vuelve significativo cuando los participantes están comprometidos activamente en la construcción de su realidad educativa.
Asimismo, la crítica del Dr. Mora a la tecnocracia educativa y a los modelos de estandarización se alinea con las preocupaciones de Michael Apple en Educación y Poder. Apple describe cómo los sistemas educativos han sido «colonizados» por el lenguaje corporativo, priorizando la eficiencia sobre el desarrollo humano (Apple, 1995, p. 43). Mora, al proponer un currículo contextualizado como resistencia a la estandarización, refleja los postulados de Apple sobre el poder y control en la educación. Este enfoque refleja la necesidad de retomar el sentido humanista de la educación y alejarse de una perspectiva meramente utilitaria y cuantitativa del aprendizaje.
Además, la propuesta de Mora sobre la vinculación entre teoría y práctica tiene paralelismos interesantes con el pensamiento de John Dewey en Democracia y Educación (1916). Dewey establece que la educación debe ser un proceso continuo de reconstrucción de la experiencia, lo que implica que la teoría y la práctica no deben ser elementos separados en la formación de los ciudadanos (Dewey, 1916, p. 101). Al enfatizar la relevancia de la IAPC en la integración de estos elementos, Mora aporta a la discusión central sobre la necesidad de una praxis educativa reflexiva. En este sentido, la IAPC no solo fomenta la articulación entre el conocimiento teórico y la práctica, sino que también invita a una constante redefinición del proceso educativo en función de las experiencias reales de los estudiantes y docentes.
Asimismo, el enfoque dialéctico del Dr. Mora sobre el currículo recuerda las ideas de Antonio Gramsci en sus Cuadernos de la cárcel, donde subraya la importancia de la «escuela como instrumento de hegemonía» (Gramsci, 1975, p. 247). Mora parece sugerir que el currículo debe ser un mecanismo para desafiar y transformar las estructuras de poder, en lugar de simplemente reproducirlas. Esta perspectiva es especialmente relevante en América Latina, donde la educación desempeña un papel crucial en la lucha por la equidad y la justicia social. Mora retoma esta visión para proponer un enfoque donde la educación se convierta en un motor de cambio social, resistiendo las dinámicas de opresión inherentes al sistema educativo tecnocrático y estandarizado.
En relación con las referencias históricas a Simón Bolívar y al Paradigma Panlatinoamericano de la Educación, Mora ofrece una perspectiva interesante sobre el papel de la historia y la filosofía en el desarrollo del currículo. Sin embargo, la visión emancipadora de Bolívar, como se presenta en Manifiesto de Cartagena (1812), debería complementarse con un análisis sobre cómo estos ideales se pueden operacionalizar en el contexto educativo actual, especialmente considerando las restricciones sistémicas existentes (Bolívar, 1812, p. 85). En este sentido, la propuesta de Mora se beneficiaría de una articulación más detallada sobre las estrategias pedagógicas concretas que podrían implementarse para trasladar el ideal bolivariano a un contexto de enseñanza contemporáneo.
Finalmente, la analogía de Prometeo, tal como se menciona en el documento *Prometeo Liberador de Ricardo Sánchez Ángel*, es particularmente adecuada para reforzar la propuesta de Mora. Prometeo desafía a Zeus para entregar el conocimiento y la esperanza a la humanidad (Sánchez Ángel, 2024, p. 8), lo cual se asemeja al propósito de la IAPC de desafiar las estructuras impuestas y empoderar a los actores sociales a través de la educación. Este simbolismo enriquece la comprensión del papel de la IAPC en el contexto latinoamericano, destacando su carácter liberador y transformador. La figura de Prometeo representa el acto de brindar poder a los desfavorecidos a través del acceso al conocimiento, y en ese sentido, la IAPC se convierte en un «fuego» que tiene el potencial de transformar radicalmente el entorno educativo y, por ende, la sociedad en su conjunto.
El valor del enfoque del Dr. Mora radica en la reivindicación de una educación que sea, ante todo, humana, contextual y crítica. La IAPC ofrece una plataforma para que el currículo no sea un conjunto de contenidos descontextualizados, sino un espacio vivo donde teoría y práctica se nutran mutuamente y donde los actores educativos encuentren sentido y agencia. Esta metodología busca reconfigurar el papel del educador y del estudiante como co-constructores de conocimiento, capaces de intervenir críticamente en sus realidades y de generar cambios significativos en la estructura social. Es esta dimensión crítica la que convierte a la IAPC en una herramienta invaluable para la construcción de una educación liberadora y significativa.
Agradecemos al Dr. Reynaldo Mora por sus reflexiones sobre la Investigación Acción Participación Curricular, que, al igual que el *Prometeo liberador*, busca brindar luz y conocimiento a quienes más lo necesitan. Su aporte al sistema educativo colombiano es invaluable, pues nos inspira a diario a ser mejores personas y a luchar a favor de las clases oprimidas. Que Dios lo siga bendiciendo con sabiduría, fortaleza y humildad, y que nos siga brindando su vasta experiencia y conocimiento.