Analizando lo acontecido en el recinto, todo parece indicar que el sueño de las nuevas mayorías de la Asamblea del Magdalena, lideradas por la diputada Rosita Jiménez, en busca de controlar y elegir la Mesa Directiva, se vino abajo más rápido que una torre de cartas de un naipe. Y no fue por falta de esfuerzo, sino por una serie de «accidentes» legales y disciplinarios que hicieron que, literalmente, se desmoronaran sus planes.

El primer golpe que blaqueó la carta de naipe que golpeó fuertemente, se dio por la vía judicial, pues el 20 de noviembre, el juez sexto penal municipal con funciones de garantías de Santa Marta decidió amparar una tutela, suspendiendo la nueva sesión convocada para el 26 de noviembre.
Tercero: conceder la medida provisional solicitada y en consecuencia ordenar a la asamblea departamental del Magdalena suspender la sesión plenaria a realizarse el día 26 de noviembre del 2024 a las 9 a.m por la elección de la mesa directiva 2025 y se abstengan de convocar una nueva sesión con el mismo fin coma hasta tanto no se haya expedido el fallo correspondiente al presente trámite constitucional, para cumplirse los presupuestos del artículo 7 del decreto 2591 de 1991.
La medida cautelar dictada hizo que se esfumara la posibilidad de realizar una elección de mesa directiva durante este periodo ordinario. Y bueno, como dirían muchos, «el tiempo no da para más«, así que la idea de una elección rápida se desvaneció como un espejismo en el desierto político.
La segunda carta del naipe en caer en este cometido fructuoso, se dio por una decisión interna del Partido Demócrata Colombiano.
Tercero: decretar como medida cautelar la suspensión de voz y voto en la duma departamental al militante de partido político y diputado de la asamblea departamental del Magdalena señor Alberto Mario Gutiérrez Uribe identificado con la cédula de ciudadanía número 72.281.295 por el término de 30 días de conformidad con consideraciones del presente proveído
El consejo de control ético del partido decidió suspender el voto y la voz del diputado Alberto Gutiérrez Uribe en la Asamblea del Magdalena. Todo esto, por una denuncia disciplinaria que terminó de concretarse el mismo 20 de noviembre, justo cuando las mayorías esperaban un poco más de respaldo en su misión de hacerse con el control.



En resumen, lo que parecía una jugada maestra para Rosita Jiménez y su equipo, ha quedado hecho trizas, gracias a una combinación de factores legales y disciplinarios. Parece que la elección de la Mesa Directiva de la Asamblea del Magdalena tendrá que esperar, y con ella, las aspiraciones de los nuevos líderes para seguir tomando el control.