El municipio de Dibulla, en La Guajira, enfrenta una situación crítica por las fuertes lluvias que no cesan, agravando los estragos que dejó la tormenta Rafael. Más de 192.000 personas han sido afectadas, mientras los ríos de la región se convierten en una amenaza constante para la población y las infraestructuras.
Según el Secretario de Gobierno de Dibulla, Odacir Ospino Bermúdez, las mayores afectaciones se han registrado en las zonas cercanas al río Palomino, donde la erosión amenaza con hacer desaparecer las últimas franjas de playa. Además, el desbordamiento de los ríos Jerez y Julián ha causado daños severos en varias comunidades.
“Estamos enfrentando una situación alarmante. Desde el Tapias hasta el Mamey, las inundaciones han causado pérdidas significativas, y el río Palomino está a punto de llevarse lo que queda de nuestras playas”, aseguró Ospino, quien también destacó el cambio en el color del agua, un indicio de mayor turbulencia en las montañas de la Sierra Nevada.
A pesar de los esfuerzos locales para atender la emergencia, el secretario expresó su inconformidad con la falta de apoyo efectivo por parte de las autoridades nacionales encargadas de la gestión del riesgo.
Los restaurantes ubicados en la desembocadura del río Palomino se encuentran entre los más afectados, y su evacuación está siendo evaluada ante el riesgo inminente de inundaciones. En otras zonas, aunque el caudal del río Jerez ha disminuido, las lluvias continúan generando peligro en los ríos Caña y Ancho.
Por otro lado, se confirmó que los estudiantes de la comunidad de Casa Aluminio finalizarán el año escolar en su territorio, gracias a un plan de acción liderado por el gobierno departamental, que incluye atención prioritaria para los afectados.
Las autoridades locales insisten en la necesidad de mayor intervención por parte del gobierno nacional, mientras la población permanece en alerta ante un panorama que sigue siendo incierto.