En la vereda Socavón, ubicada en el municipio de Luruaco, zona suroccidental del departamento del Atlántico, la comunidad enfrenta una preocupante situación que ha persistido por más de dos años. Decenas de niños han tenido que adaptarse a recibir clases al aire libre, en plena plaza pública, debido al avanzado deterioro de la infraestructura de su colegio.
El plantel educativo, ubicado cerca de una vía altamente transitada que conecta la carretera La Cordialidad con corregimientos como Santa Cruz, Cien Pesos y Tablas, se encuentra en estado crítico.
Las instalaciones, que en el pasado brindaban cobijo a los estudiantes, han comenzado a derrumbarse por la falta de mantenimiento, lo que ha obligado a trasladar las actividades académicas al espacio público, exponiendo a los niños a riesgos constantes.
A pesar de los esfuerzos de la comunidad educativa por mantener la continuidad de las clases, las condiciones son lamentables. Los niños, bajo carpas improvisadas que no los protegen del intenso sol ni de las lluvias, enfrentan serias dificultades para su aprendizaje.
«Es indignante que esta situación se mantenga tanto tiempo sin solución. Las autoridades municipales y departamentales han ignorado nuestras denuncias», expresó una madre preocupada.
La comunidad hace un llamado urgente a las autoridades competentes para que actúen de inmediato, priorizando la reconstrucción de la institución educativa y garantizando condiciones dignas y seguras para los estudiantes.
Mientras tanto, los padres de familia y docentes continúan luchando para evitar que la educación de sus hijos se detenga, a pesar de las adversidades.
Esta situación pone en evidencia la necesidad de mayor inversión y compromiso por parte del gobierno local y departamental para garantizar el derecho a una educación de calidad en el Atlántico.