Por David Awad V.
En su libro, Luis Antonio Barba Fontalvo nos recrea sus memorias en un fascinante recorrido por su infancia y la historia de El Banco, Magdalena, a través de las palabras de su hija, Selena Alba Rodríguez, quien relata cómo surgió esta iniciativa.
Según Selena, la idea nació durante la pandemia, un tiempo de aislamiento que, en lugar de ser solo un periodo de encierro, abrió puertas a oportunidades únicas. Fue en ese contexto cuando comenzó a tomar nota de las valiosas anécdotas que su padre, a sus 80 años, le compartía sobre su vida en los años 40 en El Banco.
Selena nos cuenta que, al escuchar las historias de su padre, se dio cuenta de la importancia histórica de sus relatos, que no solo estaban cargados de nostalgia, sino que también ofrecían una perspectiva única sobre el contexto nacional e internacional de aquella época. Estas anécdotas, cargadas de detalles vivos, parecían tener el sabor de un cuento de fantasía, lo que las hacía aún más cautivadoras.

«Es una oportunidad maravillosa para hablarle a los banqueños sobre la historia de nuestra tierra, para entender mejor lo que vivió El Banco, sus tradiciones y cómo se conectaba con el resto del país», dice Selena Alba, destacando cómo este esfuerzo histórico se convirtió en un proyecto personal y colectivo que buscaba preservar la memoria de su padre y, al mismo tiempo, de su comunidad.
El relato de Luis Antonio Barba Fontalvo, a través de las palabras de su hija, no solo resalta los momentos más significativos de su vida en El Banco, sino que también ofrece un testimonio valioso de la vida en un pueblo del Magdalena en tiempos pasados, un recordatorio de la importancia de preservar nuestra historia y de cómo las historias familiares pueden iluminar el camino hacia el entendimiento de nuestro pasado colectivo.